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Banco Base recorta su estimación del PIB de entre 1.5% y 2.0% para 2022

No se descartan nuevas revisiones a la expectativa de crecimiento, pues existen muchos riesgos a la baja para la actividad económica

ECONOMÍA

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Explicó que estas auto restricciones de la movilidad ralentizan a la economía Foto: PixabayCréditos: Especial

Grupo Financiero Base recortó su expectativa de crecimiento económico de México para este año a un rango entre 1.5 por ciento y 2.0 por ciento, informó Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico de la institución.

Refirió que el 2022 será un año retador, apoyado por el crecimiento de Estados Unidos, pero posiblemente frenado por la pandemia del coronavirus, así como por la política económica interna.

Entre los principales riesgos, comentó que están: una desaceleración en Estados Unidos, la aprobación de la reforma eléctrica, la consulta pública de revocación de mandato.

Así como las controversias entre Estados Unidos y México por la reforma eléctrica, una alta inflación, disrupciones en las cadenas de suministro global y nuevas olas de coronavirus, agregó.

Recordó que la pandemia no se ha terminado y aunque ómicron parece ser una variante menos letal, está causando que las personas se aíslen, para no contagiar o para evitar contagiarse.

Explicó que estas auto restricciones de la movilidad ralentizan a la economía y seguramente se verán reflejadas en el indicador del consumo de los primeros meses del año.

“Al consumo lo frenan la cautela, la alta inflación y el posible estancamiento en la recuperación del mercado laboral, mientras que le favorece el crecimiento en las remesas y el crecimiento del sector exportador”, manifestó.

Para el 2022 se estima que el consumo privado crecerá a una tasa promedio de 2.7 por ciento y las remesas un 13 por ciento, señaló.

Foto: Especial 

Siller Pagaza refirió que la alta inflación prevalece y ha mostrado ser tan transitoria como la pandemia, así que “mientras que la pandemia y los estímulos monetarios de Estados Unidos continúen, continuará la alta inflación”.

Ante esto, agregó, es posible que, durante el primer trimestre del año, la inflación en México siga encima de 6.0 por ciento y empiece a bajar de manera significativa en el último trimestre, solo si la pandemia deja de ser un problema para la economía global, pero es posible que este año la inflación cierre en México en un nivel alrededor de 4.2 por ciento.

Por la alta inflación se espera que Banco de México suba su tasa de interés en al menos 25 puntos base el 10 de febrero y que después le siga el paso a la Reserva Federal.

De acuerdo con el diagrama de puntos, la Fed podría subir este año su tasa objetivo en al menos cuatro ocasiones, lo que implica que la tasa de interés en México podría cerrar el año en 6.75 por ciento o 7.0 por ciento, nivel del que partió en marzo 2020 cuando la OMS declaró al Covid19 como pandemia.

Por su parte, para la inversión fija bruta se estima una tasa de crecimiento de 3.5 por ciento este año, pero pudiera revisarse a la baja si la reforma eléctrica es aprobada como está planteada, mientras que las exportaciones seguirán siendo el principal motor de crecimiento de la economía mexicana, al subir este año 5.3 por ciento.

Finalmente, el tipo de cambio seguirá siendo beneficiado por el crecimiento de las exportaciones y de las remesas, mientras que las salidas de capitales de México seguirán añadiendo volatilidad.

Además, la normalización de política monetaria de la Reserva Federal tiene el potencial de generar cambios importantes en los portafolios de inversión.

Gabriela Siller detalló que el tipo de cambio ha mostrado dificultad para bajar del nivel de 20.30 pesos por dólar, pues en dicho nivel se activan las compras anticipadas de dólares y se toman coberturas cambiarias, lo que eleva la demanda por dólares y sube el tipo de cambio.

En el caso de optimismo generalizado, el tipo de cambio podría dirigirse primero al nivel psicológico de 20 pesos por dólar y luego hacia 19.80 pesos, que se considera podría ser el nivel mínimo del año.

El escenario de optimismo tiene la mayor probabilidad de ocurrencia en los primeros dos meses del año, mientras que en marzo, la subida de tasa por parte de la Fed presionaría al alza el tipo de cambio.

Hacia arriba, el peso podría depreciarse ante cuatro factores: una percepción del mercado de menor autonomía (en la práctica) del Banco de México; la expectativa o disminución del diferencial de tasa de interés entre Estados Unidos y México.

Así como una mayor aversión al riesgo global; y una mayor aversión al riesgo sobre México. No se descartan niveles de 22 pesos por dólar en la segunda mitad del año, si se percibe que la Reserva Federal está siendo agresiva en la normalización de su política monetaria.

Generalmente los períodos en los cuales se espera que la Reserva Federal suba su tasa de interés se deprecia el peso y sube la volatilidad cambiaria y para este año se espera que la Fed termine con el programa de bonos, suba su tasa de interés en al menos cuatro ocasiones y empiece a retirar liquidez de su economía. Por lo anterior, se siguen recomendando las coberturas cambiarias.

dhfm 

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