Ahorrar es una de las prácticas más difíciles, pero útiles que puede tener la gente. Llevarla a cabo puede ser la diferencia entre estar en problemas graves al quedarse sin empleo o poder vivir de manera tranquila antes de conseguir un nuevo trabajo.
También juntar dinero puede ser una garantía para lograr varios sueños y metas como tener una casa, comprar un automóvil o tener unas vacaciones soñadas.
La principal característica que debe tener alguien para guardar sus recursos en vía de un plan futuro es tener disciplina. Para facilitar esto, muchas personas en el mundo optan por crear juegos y retos para obligarse a sí mismos a no gastar las monedas en su bolsillo en cualquier cosa.
El reto del libro
Uno de los más recientes retos es el del libro, con el cual se pueden juntar más de 20 mil 100 pesos, en menos de siete meses. Para llevarlo a cabo solamente se necesita mucha fuerza de voluntad, un marcador y un libro de 200 páginas.
Al iniciar o finalizar el día, la persona interesada deberá elegir cualquiera de las hojas de este ejemplar y depositar en su alcancía una cantidad igual al número de página.
Por ejemplo, si se elige la página número 30, se deberán guardar 30 pesos. La idea es que cada uno se sienta libre de elegir la cantidad que está dispuesto a introducir.
Habrá días donde no se tenga tanto dinero o en los que será imposible poner una cantidad alta, así que se pueden seleccionar las cifras más pequeñas y salir del problema de inmediato.
Para los más audaces
Una forma de hacer más interesante y difícil el reto es elegir un libro de más páginas o incluso, doblar o triplicar la cifra que se seleccione en el libro.
De esta forma, el ahorro será mayor y en una cantidad de tiempo menor. Es importante que para cualquier reto de este tipo, se tenga bien establecido la cantidad de recursos que se usan mes a mes para sobrevivir.
Esto debido a que un mal cálculo puede ocasionar que se rompa el desafío y se abra la alcancía para solventar alguna necesidad o emergencia. No obstante, también es recomendable pensar en los recursos ahorrados como si no existieran, a fin de que no haya posibilidad de que se reduzca lo acumulado.