TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Coyuntura crítica

México podría verse afectado en una nueva caída económica junto con el sector. el gobierno está minando la confianza empresarial

ECONOMÍA

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Manuel García García / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La infraestructura está en una coyuntura critica. Se observan una serie de factores que trastornan el equilibrio económico y político en nuestro sector.

Las noticias que recibimos todos los días nos dibujan un panorama nunca visto; trato de no ser catastrófico, pero la realidad ya nos alcanzó.

Tenemos que la inversión registrada productiva en México cayó a un nivel de 18.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa su menor cifra en 25 años. Sabemos que la condición de crecimiento tendría que ver con un “rebote”, situación que no sucede.

De acuerdo con reportes de oferta y demanda del Inegi, en 2020 el consumo privado restó siete puntos al crecimiento económico, mientras que la inversión otros 3.5 por ciento. En contraste, el gasto del gobierno aportó 0.3 puntos porcentuales.

México podría verse afectado en una nueva caída económica junto con nuestro sector. La 4T está minando la confianza empresarial, lo que provocó una caída drástica en los ingresos fiscales. Hacienda informó hace unos días de un “boquete” de 15 mil millones de pesos, sin duda nuestra industria no está tributando por falta de trabajo.

El martes 23 de marzo, la sección económica de El Heraldo de México resaltó que un millón 10 mil 857 pequeñas y medianas empresas murieron junto con dos millones 850 mil 162 empleos, una cifra devastadora para las familias, las cuales literalmente están en la calle.

El 24 de marzo, la primera plana de El Heraldo de México señaló que 5.2 millones de estudiantes dejaron la escuela. ¿Quién les dará empleo el día de mañana, qué futuro tendrán?, ¿qué industria o capital privado tiene el interés de invertir y arriesgar en este momento de desunión entre privados y gobierno? Crear empresas productivas lleva tiempo en consolidarse económicamente, no lo hacen de la noche a la mañana.

La noticia más preocupante son los 52 millones de personas cuyo ingreso es insuficiente para cubrir el costo de la canasta alimentaria, como lo señala el Coneval.

Sin duda, estas noticias son de “alerta” para cambiar el rumbo, hacer algo por el país, el ambiente político, legal y económico que se está generando, hacen imposible reconstruir una política pública que favorezca a nuestro sector.

¿Qué datos tendrá el gobierno como para no actuar?

Estamos escuchando por analistas y empresarios, que las reformas que se quieren dar en materia del sector eléctrico y petrolero se tratan de una expropiación “disfrazada” por parte del gobierno, con la novedad de que nuestro sector ya fue “expropiado” hace dos años por el Ejército al convertirse en un constructor (número uno).

Recientemente, el Presidente, con motivo de los primeros 100 días en Palacio Nacional, comentó que “sin el apoyo del Ejército, no sería posible la transformación de México”.

Totalmente de acuerdo, pero sin “expropiar” los sectores productivos del país que generan impuestos y crean empleos productivos.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está apostando a reactivar el país con un plan de infraestructura de inversión histórica, confiando en los empresarios y estos invirtiendo para crecer y retomar el curso económico.

¿Porque nosotros… no copiamos lo bueno, impulsando con certidumbre los sectores de la industria?

Hoy las instituciones, colegios y cámaras de la cadena productiva en nuestro sector, no tienen voz ni voto para cambiar o proponer acciones públicas que detonen crecimiento económico.

En estos últimos tres años, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) pasó de noche sin saber qué hacer ni cómo apoyar a las “frágiles” empresas que la conforman. Ésta se quedó literalmente sin una agenda y sin un plan que logre por lo menos, la sobrevivencia de sus afiliados.

El perfil del presidente saliente de CMIC sólo trajo división y retrocesos en la industria, sumado al enojo de algunos constructores de Veracruz, los cuales subcontrató para unos trabajos de su empresa personal y los dejó, como se dicen, colgados de la “brocha”.

Esto aunado a impedir que un constructor exitoso y con conocimiento de la realidad no llegara a la silla de la presidencia de la CMIC para el periodo 2021-2022.

Las empresas ya no ven en la cámara como una institución de altura, con liderazgo. Incluso, ICA, que fue fundadora de la CMIC, perdió el interés. Se puede percibir una gran molestia de los empresarios y de los sectores de la construcción por la forma como se ha manejado y desempeñado en estos años.

El actual presidente de la CMIC llegó por “dedazo”, sin méritos, ni con representación dentro de los sectores de la cadena de la industria y, mucho menos, con cartas credenciales como constructor, como diría el “clásico” nos encontramos con la “tormenta perfecta” en nuestra industria.

Se percibe, sin duda, un panorama catastrófico y con riesgo de que desaparezcan las empresas constructoras nacionales.

Las que la libran son las compañías extranjeras que hacen obra con impuestos que pagamos los mexicanos, ellos sí tienen mejor trato, sin duda. Esperemos que al edificio icónico de la CMIC no le veamos un gran letrero de: ¡Se renta!

 

MANUEL GARCÍA GARCÍA

DIRECTOR GENERAL DE SIMAS, CONSULTORIA EN INFRAESTRUCTURA

manuel.garcia@simas.com.mx

dza