A un año de la pandemia, los gimnasios y clubes deportivos perdieron tres millones 500 mil usuarios, y con ello la quiebra de 35 por ciento de estos negocios, indicó Oriol Cortés, vicepresidente de la Asociación de gimnasios y clubes deportivos (Amegyc).
Indicó que antes de la pandemia había ocho millones 750 mil usuarios, y para este año sólo quedaron cinco millones 250 mil, esto se traduce en el cierre de cuatro mil 200 unidades, sobretodo pequeños negocios familiares.
“La mayoría de las unidades que cerraron eran gimnasios de barrio, negocios familiares, esto significa dejar a más de cuatro mil familias sin un sustento económico”, lamentó.
De acuerdo con los reportes financieros del Grupo Sports World enviados a la Bolsa Mexicana de Valores, en 2020 cerraron seis sucursales, 10 por ciento de las que tenía antes de la pandemia.
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Oriol Cortés, quien también es director de la cadena de Smart Fit en México, indicó que en su caso perdieron 20 por ciento de sus usuarios.
SE ADAPTAN
Un reporte de la consultora EY refiere que los usuarios que se ausentaron de los gimnasios han optado por opciones que se adecuan al confinamiento y la vida desde casa.
Cortés, indicó que tras el segundo cierre de esta industria, en la reapertura percibieron más confianza en sus usuarios, además, muchos gimnasios se han adaptado a la nueva normalidad y ahora ofrecen servicios y rutinas vía internet a sus clientes.
“En Smart Fit hemos implementado un servicio de streaming en donde se imparten ocho clases diferentes que se pueden tomar desde la comodidad de su hogar y al final de la semana hay más de 100 clases nuevas y los entrenadores les ponen rutinas que se pueden tomar en los gimnasios, pero también fuera”, destacó Cortés.
Ante un panorama que aún luce incierto, agregó que para el segundo semestre de este año van a tener una recuperación y poco a poco van a continuar con su crecimiento.
Según la Amegyc, al final de 2021 esperan que regrese 50 por ciento de sus usuarios, aunque la recuperación total del sector se va a extender hasta 2023.
Por Laura Quintero
dza