El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que el gobierno de Estados Unidos autorizó la compra de la refinería Deer Park, de la empresa Shell, por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex). Además, durante la mañanera, agradeció a su homólogo estadounidense, Joe Biden y a la compañía, por autorizar la adquisición.
En entrevista con Sergio Sarmiento para El Heraldo Radio, Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC, comentó que finaliza este acuerdo que había hecho Shell a la petrolera mexicana, aunque debió cerrar en noviembre, pero se retrasó por cuestiones políticas de congresistas y reguladores estadounidenses.
"No había ninguna razón para bloquear esta venta, vemos por ejemplo en el proceso una carta de unos congresistas que mostraban sus preocupaciones de que tal vez se volviera el operador de las plantas de la refinería Deer Park, eso se subsanó de una forma clara y transparente al establecer que son los trabajadores actuales de la planta los que se van a quitar la cachucha, antes su empleador era Shell ahora va a ser Petróleos Mexicanos hasta el primero de enero de 2024, para asegurar la continuidad de las operaciones", explicó.
Monroy señaló que aún hay algunas cosas pendientes, así como demandas que se han introducido para bloquear la venta, pero se espera que no tengan ninguna relevancia sustancial o que detengan el proceso.
Indicó que en el caso de México las consecuencias son mixtas, ya que ahora se tendrá una refinería en Estados Unidos y ahora si vuelve ese "gran mito de que Pemex se va a volver internacional y se puede tener una mayor presencia".
Agregó que con la refinería de Deer Park asegurará tener una presencia permanente en el mercado de EEUU y una gran influencia.
Por otro lado, detalló que son de mil 900 a 2 mil 100 millones de dólares que se pagaron, es decir, entre 700 y 900 millones de dólares por inventarios y una deuda superior a los 900 millones de dólares.
"Estamos pagando una buena cantidad de dinero por una refinería, mientras todas las empresas del mundo, alrededor del mundo se están saliendo de ese negocio", apuntó.
Hoy que Pemex se hace cargo, se detiene el proceso de reconfiguración y se asegura que la planta siga operando con el crudo mexicano.
Finalmente, Monroy espera que los trabajadores mexicanos puedan aprender de sus contrapartes estadounidenses e internacionales, para que puedan hacer trabajar las refinerías en México, que por desgracia siguen produciendo entre 10 mil y 12 mil millones de dólares de pérdidas al año a la petrolera mexicana.
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