Un adecuado marco regulatorio y altos niveles de capitalización y reservas permiten que los sistemas financiero y bancario de México estén sólidos, pese al COVID-19, pero presiones ligadas al desempeño económico e inflacionario generarían estrés en sus activos hacia 2022, dijeron expertos.
La pandemia no generó un problema grave hablando de los sistemas financiero y bancario en lo general, al contar con las herramientas que permitieran enfrentar la situación, destacó Guillermo Zamarripa Escamilla, director de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef) del ITAM.
Niveles de capitalización arriba de lo exigido por los reguladores, altas reservas crediticias, programas de diferimiento de pagos para contener el aumento de la cartera vencidas, así como estabilidad en variables financieras como tasas de interés y tipo de cambio, jugaron a favor de los sistemas, detalló a El Heraldo de México.
Subrayó, lo que se ve hoy en los balances bancarios, en sus números, “es un regreso a la normalidad o impactos por la normalidad y no rezago de la pandemia”.
Para 2022, las presiones sobre la banca están muy ligadas al desempeño de la economía mexicana, es decir, que éste sea distinto a lo esperado, y la continuidad del comportamiento de la inflación, ya que podrían generar estrés en la calidad de sus activos, refirió Alejandro Tapia Caldera, director senior de Instituciones Financieras de Latinoamérica de Fitch Ratings.
De ahí que no se ve ningún riesgo en la banca, pues cuenta con altos niveles de capital, reservas y liquidez, los riesgos están en el entorno, puntualizó.
Dijo que los ratings de los bancos son sensibles al soberano y a la evaluación del entorno operativo del sector, y en este último, Fitch tiene una valoración negativa, al subsistir retos como el casi nulo apoyo fiscal a empresas e individuos en la pandemia.
Por Verónica Reynold
PAL