La inflación global subyacente como la no subyacente se han visto presionadas por la oferta de bienes, la cual ha presentado problemas dentro de la cadena de suministros y de producción, pero esto ¿qué significa, cómo ocurre?
Lo que impulsa el alza en los precios, va desde retrasos en los envíos y dificultades para la distribución, problemas de manufactura en cualquiera de sus canales y hasta aumentos repentinos de la demanda después de un largo periodo de cierre. Esto, parece una consecuencia de la pandemia, razón por la cual se piensa que la inflación no durará mucho.
Sin embargo, el aumento de precios, no siempre se ve reflejado en un literal aumento de precios, sino en una disminución de cantidad del producto o una menor experiencia en cuanto a servicios. Los cambios de calidad relacionados con el servicio al cliente pueden ser ambiguos y difíciles de medir, por lo que no están considerados dentro del índice de precios al consumidor.
Un ejemplo de ello puede ser el comercio automotriz, pues debido a la pérdida de stock y al paro productivo, los compradores deben de ser más flexibles con el modelo y las características que desean. En algunos hoteles han dejado de dar servicio de restaurante debido a la escasez de trabajadores y al costo extra de mantener este servicio vigente.
Así que el problema de la inflación parece no tener una única respuesta en la política monetaria. Aumentar las tasas de interés para frenar la inflación o mantenerlas bajas y arriesgarse a una inflación más alta, pero mantener un crecimiento frágil es el dilema para nuestro banco central que se ha mantenido con cautela hasta ahora.
Los canales de suministro y de proveeduría llevan años de trabajo, subsanar los daños colaterales de la pandemia no serán resueltos únicamente con política monetaria, sino con una cohesión entre las políticas económicas del país.
En los últimos seis meses para los productores ha sido un reto; en la canasta del Índice Nacional de Precios al Productor (INPC) más del 50% de los componentes han presentado variaciones mensuales anualizadas ajustadas por estacionalidad mayores al 4%.
El cierre de más de un 1 millón de empresas que representan el 20% de los establecimientos pre-pandemia modificará la estructura económica, la capacidad de adaptación a esta nueva realidad es vital para contener la inflación a largo plazo.
Por otra parte, el aumento al salario mínimo será desplazado en términos reales por la pérdida del poder adquisitivo en consecuencia al aumento del nivel de precios. En septiembre de 2021 el salario real disminuyó 1.8%.
Va a ser muy importante explicar con mayor detalle el origen y las causas de la inflación observada para poder discernir la política adecuada en el contexto actual.
mgm