Al cierre de agosto, el precio de la carne importada se encareció 26.7 por ciento, mientras que la que se produce en el país cuesta 19.4 por ciento más que el año pasado, según datos del Grupo Consultor de Mercados Agropecuarios (GCMA).
“En lo que va del año, el kilo de carne de res se ha encarecido hasta 30 pesos. A finales de 2020, lo compraba en 80 pesos y hoy cuesta 110”, dijo José González, dueño de una cocina económica, por lo que ha tenido que subir el precio de sus platillos.
De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) el aumento en los diferentes estados del país es dispar, no obstante, en la carne de res se registran incrementos anuales de hasta más de 30 pesos mientras que, en la de pollo, en algunos lugares éste supera 15 pesos.
Juan Carlos Anaya, director general del GCMA, explicó que los precios internacionales de la carne siguen escalando, y ante la reapertura de negocios de comida y actividades turísticas, el país ha recurrido a las importaciones pues la demanda ha sobrepasado a la producción nacional.
Las cifras del grupo revelan que, en los primeros ocho meses de este año, las importaciones mexicanas de res y puerco registran un alza de 27.1 y 19.8 por ciento, respectivamente.
La proteína que se produce en el país se ha encarecido menos en términos porcentuales, pero en términos nominales el aumento es de siete pesos a distribuidores, y el de la importada es de cuatro pesos; esto es resultado del alza en el precio internacional y de la inflación, aunque en el precio final el aumento es de más del doble.
“Estamos en una situación compleja, nos preocupa el alza porque amenaza el consumo
de la proteína animal”, comentó Ernesto Hermosillo, presidente del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).
Datos de la firma destacan que la escalada de precios de los cárnicos provocó que el consumo cayera 1.1 por ciento en 2020; la mayor baja fue en la carne de cerdo, con 3.8 por ciento.
PAL