El alto hacinamiento se asocia con más letalidad por COVID-19 que cualquier comorbilidad. Contraer el virus y vivir en un municipio en donde la mayoría de las personas viven en esta condición es más mortal que contraerlo y ser obeso o tener diabetes.
“Vivir en un municipio donde el 70 por ciento de la población vive en condición de hacinamiento, como Tehuipango o Filomeno Mata en Guerrero, está asociado con 4.7 veces más riesgo de letalidad por COVID-19 que ser obeso o tener diabetes”, destaca el Estudio sobre hacinamiento y fallecimientos con COVID-19.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, en México 28.7 por ciento de las viviendas se encuentran en hacinamiento, esto es 9.8 millones de viviendas que concentran a 50.7 millones de personas.
“El confinamiento ha evidenciado las dificultades que hay en México para hacer efectivos los derechos a la salud, vivienda y agua. Las principales recomendaciones sanitarias para contener la propagación del virus en muchos casos ni siquiera pueden llevarse a cabo”, comentó Alicia Ziccardi, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
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El reporte elaborado por Dateras, financiado por la organización Hábitad para la humanidad, destaca que la asociación entre hacinamiento y letalidad por COVID19 se mantiene independientemente de los cambios en movilidad y el tamaño de la localidad en la que reside el paciente.
“Vivir en hacinamiento se mantiene como una de las tres variables con mayor asociación con la probabilidad de muerte con COVID-19 tanto en estados que lograron reducir la movilidad como en los que no, y tanto en comunidades rurales como urbanas”, destaca el reporte.
De acuerdo con Luis Mora, epidemiólogo de la UNAM, las personas que viven en asentamientos y en condición de hacinamiento tendrían que ser atendidos de inmediato, además de que tendrían que ser reubicados, sin embargo muchos de éstos ni siquiera llegan a los hospitales.
Por Laura Quintero