Después de haber disfrutado el regreso de la NFL con el partido del Salón de la Fama que se disputó el día de ayer, cerramos esta semana con el análisis del equipo de los Buffalo Bills, el cual cada día sigue ganando más aficionados en nuestro país, ya que cuentan con el extraordinario Quarterback Josh Allen, quien ha demostrado ser uno de los tres mejores mariscales de campo en la actualidad.
Allen fue reclutado por los Bills en la primera ronda del Draft del 2018, y aunque no fue titular en todos los juegos de esa temporada, logró ser el primer mariscal de campo en la historia de Buffalo en ser el líder del equipo en yardas por pases y yardas terrestres, aunque eso no fue suficiente para que tuvieran una buena campaña, ya que terminaron con récord de 6 victorias y 10 derrotas. Después de eso, Allen ha llevado a su equipo a los Playoffs durante cinco años consecutivos, e incluso en la temporada del 2020 se quedaron a nada de conseguir un boleto al Super Bowl, pero los Kansas City Chiefs se encargaron de truncar sus sueños en la final de la Conferencia Americana.
La temporada pasada Allen lanzó para más de 4,000 yardas, por cuarto año consecutivo, y corrió para más de 500 yardas, haciendo excelente uso de su imponente físico, el cual utiliza para arrollar y castigar a los defensivos que se atreven a quererlo taclear, aunque a la larga ese estilo de juego podría resultar serle perjudicial, ya que se expone demasiado y eso podría ocasionar que resulte lesionado. Pero no todo fue miel sobre hojuelas para Allen, ya que fue muy descuidado al momento de lanzar sus pases, motivo por el que fue interceptado en 18 ocasiones, siendo ésta la cifra más alta hasta ahorita en su carrera, por lo que ha intensificado sus entrenamientos para evitar que se repita dicha situación esta temporada, ya que, en su afán por conseguir jugadas grandes, termina lanzando el balón a zonas comprometidas del campo de juego.
Este año Allen ya no contará con Steffon Diggs, quien fue su mejor receptor durante las últimas cuatro campañas, debido a que Diggs ahora jugará para los Houston Texans, por lo que este verano será crucial para mejorar la química con el cuerpo de receptores que le quedan a los Bills, quienes en su mayoría son jugadores muy jóvenes y con hambre de triunfo.
Para poder ir moldeando a estos jóvenes receptores, contrataron al veterano Curtis Samuel, quien buscará aportarles sus conocimientos al ataque, y es que después de haber jugador durante los últimos tres años con el equipo de Washington, llega por primera vez en su carrera a un equipo contendiente, por lo que de inmediato buscará aprovechar la ocasión y tratará de convertirse en uno de los receptores favoritos de su Quarterback, quien también contará con Khalil Shakir y el novato Keon Coleman, receptor que fue seleccionado en la segunda ronda del Draft de este año, y de quien se espera que utilice su tamaño al momento de contender los balones por aire, lo cual sería de mucha utilidad tanto en jugadas de tercer down como jugadas en zona roja.
Otro jugador de quien se espera que este año termine de consolidarse como una de las armas más letales a la ofensiva es el ala cerrada Dalton Kincaid, quien como novato supo ganarse la confianza de su mariscal de campo, lo cual le valió para que terminara la temporada con más de 600 yardas, aunque solamente consiguió anotar en dos ocasiones, lo cual está por cambiar, ya que Kincaid hará sentir su presencia en el marcador en muchas más ocasiones este año.
Los Bills dejaron ir al velocista Gabe Davis en la agencia libre, debido a su irregular desempeño a lo largo de la temporada, ya que en ocasiones llegaba a soltar los pases más sencillos que le enviaban, pero para suplir su baja, decidieron hacerse de los servicios de Marquez Valdes-Scantling, jugador que es extremadamente similar a Davis en todos los aspectos.
El año pasado James Cook demostró que puede cargar con el peso de la ofensiva terrestre del equipo, ya que no solamente corrió para más de 1,000 yardas, sino que también fue muy efectivo por aire, donde promedió más de 10 yardas por atrapada, por lo que se espera que nuevamente sea pieza fundamental en el ataque, aunque en esta ocasión contará con el apoyo de los corredores novatos Ray Davis y Frank Gore Jr., hijo del legendario corredor Frank Gore de los San Francisco 49ers, quien durante su larga carrera corrió para 16,000 yardas, lo que lo coloca en el tercer lugar de todos los tiempos dentro de la lista de jugadores con más yardas terrestres en la historia de la NFL.
La defensiva del equipo no sufrió muchos cambios significativos, ya que decidieron extenderle sus contratos al esquinero Taron Johnson y al tacle defensivo Daquan Jones, aunque tuvieron que prescindir del especialista en capturas Leonard Floyd, quien dejó huella en el equipo a pesar de solamente haber jugado durante una sola temporada con ellos.
Para cubrir la baja del safety Jordan Poyer, necesitarán que el novato Cole Bishop aproveche el verano para entrenar duro y así pueda estar listo para el inicio de la temporada, ya que es una posición apremiante para el equipo.
Este será el séptimo año en el que Sean McDermott dirija a los Bills, por lo que ya conoce perfectamente las capacidades y limitaciones de cada uno de sus jugadores, lo cual utilizará a su favor para mantener al equipo dentro de los primeros lugares de la Conferencia Americana, sobre todo si tomamos en cuenta que tienen a uno de los mejores Quarterbacks de la NFL, aunque para poder llegar a trascender, deberán de quitarse de una vez por todas la paternidad de los Kansas City Chiefs, quienes han sido sus principales verdugos durante los últimos años.
Por Diego Carreño
@diegocarrenoff