Con sonrisa enorme, y una mirada que contagia las ganas de llorar, porque demuestra agradecimiento, ante el cariño de la gente, Fernando Valenzuela fue homenajeado en Dodger Stadium, en el retiro de su número ‘34’.
El mexicano caminó al jardín izquierdo, y se plantó afuera del cuadro. Desde las tribunas, la manta azul, cayó al suelo y develó su placa, aquella que acredita al legendario número como no elegible en el equipo.
Con mariachi, excompañeros y leyendas, en una atmósfera nostálgica y 100 por ciento emotiva, la afición y los invitados demostraron cariño, el que sólo se ganan unos cuantos, que trasciende el deporte y permanece vigente.
“Gracias a todos, a los Dodgers, gracias a mi familia”, indicó un emocionado Toro.
Jaime Jarrín, exnarrador de la novena angelina en español y miembro del HOF, explicó quién fue y quién es Valenzuela, en pocas y muy precisas palabras, en uno de esos discursos que te bombardean de recuerdos, y que disparan tus emociones, como si hubieses estado ahí.
El ‘34’, que de alguna manera ya estaba retirado, porque nadie después de él se atrevió a utilizarlo, quedó inmortalizado entre las placas de Sandy Koufax (32) y Roy Campanella (39), compañeros y una de las mejores baterías en la historia del deporte, en los Dodgers de Brooklyn.
Fernando saltó al campo al ritmo de la melodía “Viva México”, y se sentó junto a Koufax.
Además, estuvieron presentes Mike Scioscia (receptor) y el pitcher mexicano, Julio Urías, quien también emitió un mensaje, de orgullo, admiración y reconocimiento al Toro.
MAAZ