Los 35 años llegaron para Javier Hernández, cuyo festejo se da en medio de su ausencia en la Selección Mexicana, representativo del que es máximo anotador, y entre el deseo de algunos aficionados para verlo con Chivas antes de decir adiós.
Pocas probabilidades había de que Chicharito fuera otra cosa excepto futbolista. Su ADN tiene más gritos de gol que lazos químicos, con su abuelo materno, Tomás Balcázar, y su padre, Javier Hernández Gutiérrez, como referencia para serlo.
“Lo conozco desde niño. Estuvo conmigo en Chivas. Un tipo muy tenaz, disciplinado, gran ser humano. Yo jugué contra su papá. En Chivas era un gran compañero. Me pedía que me quedara con él para trabajar la definición”, compartió el exjugador y técnico rojiblanco, Omar Arellano Nuño, a El Heraldo de México.
El timonel, parte de la dinastía de La Pina Arellano del campeonísimo, reconoció el talento de Hernández Balcázar de inmediato.
“Sabíamos que el futbol se daba solito y mira, Javiercillo ha sido importante en sus equipos y a sus 35 años ha tenido una gran trayectoria”.
Pocos mexicanos presumen jugar Champions y ser campeones con dos clubes de grandes dimensiones: Manchester United (dos Ligas y tres copas) y Real Madrid (un Mundial de Clubes, además de jugar en tres de las cinco mejores competencias locales (Premier League, La Liga y Bundesliga).
Chicharito llegó a una edad donde el retiro acecha, pero al tiempo también ha podido anotarle.
“Estuvo a punto de irse a otro equipo, del retiro. Andaba triste, desesperado, pero fue paciente y cuando se le dio la oportunidad fue muy tenaz. Tengo un gran recuerdo de él”.
Mientras tanto, el máximo anotador del Tricolor, con 52 tantos, celebra su cumpleaños 35 en Los Angeles Galaxy, sin estar en la lista para ir a Copa Oro y con su nombre sonando para volver al Rebaño.
POR FRANCISCO DOMÍNGUEZ
MAAZ