El Rey se ha ido, ¡viva el Rey! Edson Arantes Do Nascimento no pudo hacer su última gambeta y falleció a los 82 años de edad, víctima de cáncer.
La leyenda brasileña no libró las consecuencias de un tumor en el colon, que le fue intervenido desde septiembre de 2021, y que lo regresó los últimos días de noviembre a un hospital de Sao Paulo.
Mientras la Canarinha buscaba su sexto título Mundial en Qatar 2022, Pelé se sometió a nuevas sesiones de quimioterapia, tras una hinchazón en el cuerpo de una metástasis que se propagó a tres órganos: intestino, hígado y pulmón.
Se va el extraordinario jugador, pero nace el mito, para perdurar. Durante más de dos décadas deleitó como nadie antes y, quizá, muy pocos después, a millones de seguidores del futbol; fue por mucho tiempo el personaje más famoso en la historia del deporte.
Su inicio surgió desde la pobreza, que inundaba las favelas brasileñas. Además, su delgada complexión poco tenía que ver con el gran atleta que, con el tiempo, se convertiría, y que la complementaba con una capacidad de pegarle de manera excelsa con las dos piernas y un remate de cabeza impecable. Fue un delantero adelantado a su época.
Uno de las historias urbanas que lo rodean es su apodo, que nació cuando su madre lo criticó por no seguir con sus estudios y no le dio muchas oportunidades de destacar pateando la pelota, diciendo que sería un “pelele” toda la vida. Otra versión asegura que su carácter y su sobrenombre nacieron de las constantes peleas con los amigos de la infancia.
Gracias a Pelé, el balompié, poco a poco, se convirtió en una marca registrada que fue adquiriendo fuerza; sus logros y hazañas sobre el terreno de juego fueron conocidos en, prácticamente, todos los rincones del planeta; su fama subió como la espuma, aún después de su retiro en 1977.
Varios de sus récords siguen intactos. Es el único que ha sido capaz de ganar tres Copas del Mundo, la primera fue en Suecia 1958, cuando deslumbró a sus 17 años. Ese equipo Verdeamarela obtuvo su primer título con un adolescente, quien fue la cereza del pastel a un estilo de futbol que, ya de por sí, destacaba por su brillantez y vistosidad. En 1962 consiguió el bicampeonato en Chile, donde colaboró con una diana. Después, en México 1970 fue el líder de un equipo plagado de estrellas, y donde, en su punto de madurez, llegó a una cima que hasta ahora nadie ha podido escalar. El tricampeonato significó quedarse con la Copa Jules Rimet para siempre.
Su estatus de celebridad ayudó a que un país poco futbolero, como Estados Unidos, pusiera sus ojos en el soccer, como ellos lo llaman, y fue el primer imán de varias marcas comerciales, algo que ahora es muy común en este deporte.
Su legado sobre el campo queda marcado para siempre. Consiguió mil 283 goles totales, 767 de ellos en 831 partidos oficiales. Anotó de manera oficial en 77 ocasiones con la selección brasileña, y durante casi toda su carrera le fue fiel a su querido Santos, que lo consideró Patrimonio Histórico y lo privó de tener su experiencia europea.
Hoy, el Rey del futbol tiene su lugar en la historia; ahí se quedará para siempre.
MAAZ
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