En la final de este domingo ante Francia, en la Copa del Mundo, Lionel Messi busca alcanzar el grado de inmortalidad, para estar a la altura de leyendas como Diego Armando Maradona y Mario Kempes, que cargaron a Argentina en su espalda, para convertirse en reyes.
Pese a su reconocimiento a nivel internacional, existe una resistencia de poner a Leo en la misma mesa que ellos, debido a la falta de un trofeo mundial, como lo consiguieron El Matador y El Pelusa, durante 1978 y 1986, respectivamente.
A un partido de culminar su participación en Qatar, La Pulga lleva cinco anotaciones y tres asistencias; Maradona también marcó cinco veces en la justa que se realizó en México, pero finalizó con cinco pases para gol.
Previo a la final ante Países Bajos, en 1978, Kempes tenía esta misma cantidad de tantos; no obstante, en el encuentro en Buenos Aires, anotó el 1-0 que abrió el marcador, y que lo ayudó a ser campeón goleador de ese certamen, con seis dianas.
A Roberto Saporiti, miembro del cuerpo técnico del primer campeón albiceleste, no le gustan las comparaciones: consideró que cada época y la grandeza de un jugador es distinta.
“Primero fue (Alfredo) Di Stéfano, quien hizo historia en el Real Madrid. Después vino Pelé, le siguió (Diego) Maradona, pero la diferencia de Messi con los demás, es que se ha mantenido en la élite del futbol durante 15 años”, dijo el también exentrenador de Necaxa y Pumas, a El Heraldo de México.
Describió que para ser constante en las competencias de alto nivel se necesita estar preparado, y el actual ariete del PSG así lo ha probado.
“Nada más hay que observar sus números, los récords, además de la personalidad y el liderazgo. Hay que ver si lo puede coronar este domingo con el título del mundo”, recalcó.
Desde que debutó como jugador profesional, en 2004, con el FC Barcelona, la trayectoria de Leo es una de las más brillantes de los últimos tiempos, al sumar 37 trofeos a nivel de clubes.
Con su país ganó un Mundial Sub 20 (2005) y un oro olímpico (2008), pero en selección mayor la gloria era un pendiente hasta hace apenas un año, cuando se llevó la Copa América (2021), y luego La Finalissima (2022).
Su única deuda es el Mundial pues, tras perder el choque por el título en Brasil 2014, incluso pensó abandonar a la Albiceleste. Hoy, en Qatar 2022, se le presenta una nueva oportunidad de volverse inmortal.
MAAZ