PIENSA JOVEN

Odio en el fútbol: ¿Hasta cuándo va a parar la violencia?

Lo ocurrido en La Plata el pasado jueves 6 de octubre fue algo muy grave.

DEPORTES

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Barras bravas, el gran problema.Créditos: El Heraldo Media Group

El pasado jueves 6 de octubre, Boca Juniors visitaba a Gimnasia y Esgrima de La Plata para jugar un partido elemental que podía establecerlo como puntero de la Liga Argentina. Yo, como orgulloso bostero me preparaba para ver el partido en Star+, esperando ver un partido que quizás no estaría tan entretenido, pero tendría buenos momentos.

Sin embargo, cuando sintonicé el partido me llevé la sorpresa de que había sido suspendido por problemas de violencia fuera del estadio. La violencia en las canchas argentinas siempre ha sido un grave problema, por lo que desde el año 2014 está prohibida la entrada a espectadores que apoyen al equipo visitante. Aún con esa prohibición establecida, siguen ocurriendo tragedias en las canchas de forma relativamente frecuente.

La violencia es asunto grave

Lo ocurrido en La Plata el pasado jueves fue algo grave. El partido había empezado en el Estadio del Bosque sin ningún problema aparente; a los seis minutos de juego, una nube de gas lacrimógeno cubrió la cancha forzando la suspensión del partido y obligando a los espectadores a buscar una salida del estadio rápidamente.

Muchos se tuvieron que meter al terreno de juego para salir por los vestidores. El gas le dañó la vista a muchas personas y se reportó el fallecimiento de una persona en el incidente. Todo parece haber empezado porque le negaron la entrada a un grupo de la barra brava porque el estadio se encontraba lleno y, para desplazarlos, los granaderos les aventaron gas lacrimógeno y les dispararon balas de goma.

Otros incidentes

Son muchos los casos en los que se han visto acciones violentas por parte de las porras argentinas –o barras bravas, como les dicen allá–. En 2011, los aficionados de River Plate quemaron el estadio tras perder el partido de promoción por el que descendieron. En el 2015, durante el superclásico que se jugó en los octavos de final de la copa Libertadores, miembros de la barra brava de Boca perforaron el túnel de entrada de los jugadores de River y les tiraron gas pimienta.

En 2018, cuando se iba a jugar la vuelta del superclásico en el monumental, fanáticos de Riber le tiraron gas lacrimógeno al camión de los jugadores de Boca, el juego se tuvo que suspender y se jugó, polémicamente, en el Santiago Bernabéu en Madrid. Parece ser que, en promedio, ocurre una tragedia de estas cada tres años como mucho.

Varios se van con la idea de que es una violencia irracional que ocurre por el “amor al equipo” y que es ridículo que haya tanta violencia por el futbol. Aunque esto último es verdad, la realidad es que esta violencia no tiene un carácter irracional.

Foto: Especial

Más allá de la violencia

Estos actos suelen ser una forma de dejar un mensaje, por parte de las barras bravas, para que la autoridad no se meta con ellas y les permita seguir con sus negocios. Las barras bravas no son únicamente un grupo de animación, también se podrían considerar organizaciones criminales. Controlan el estacionamiento, la reventa de boletos, el tráfico de drogas e inclusive la trata de personas en sus territorios.

Argentina enfrenta un grave problema con las barras bravas, me atrevería a decir que es su mayor problema en cuanto al crimen organizado. Es importante entender que esta violencia no sale de “la pasión por un equipo”, existe porque hay grupos de interés que se benefician con ello y consiguen intimidar a la autoridad para mantener su agenda.

Es triste que, debido a esto, no se pueda disfrutar una de las ligas más apasionantes del mundo. Aunque solo es un grupo el que provoca este daño, también van familias y personas cualquiera a ver sus equipos favoritos y ellos terminan siendo los que salen más afectados, solo por querer ver a su club en su cancha.

Una tragedia más en el fútbol argentino

En 2018, cuando se iba a jugar la vuelta del superclásico en el monumental, fanáticos de Riber le tiraron gas lacrimógeno al camión de los jugadores de Boca, el juego se tuvo que suspender y se jugó, polémicamente, en el Santiago Bernabéu en Madrid. Parece ser que, en promedio, ocurre una tragedia de estas cada tres años como mucho.

Varios se van con la idea de que es una violencia irracional que ocurre por el “amor al equipo” y que es ridículo que haya tanta violencia por el futbol. Aunque esto último es verdad, la realidad es que esta violencia no tiene un carácter irracional.

Estos actos suelen ser una forma de dejar un mensaje, por parte de las barras bravas, para que la autoridad no se meta con ellas y les permita seguir con sus negocios. Las barras bravas no son únicamente un grupo de animación, también se podrían considerar organizaciones criminales. Controlan el estacionamiento, la reventa de boletos, el tráfico de drogas e inclusive la trata de personas en sus territorios.

Argentina enfrenta un grave problema con las barras bravas, me atrevería a decir que es su mayor problema en cuanto al crimen organizado. Es importante entender que esta violencia no sale de “la pasión por un equipo”, existe porque hay grupos de interés que se benefician con ello y consiguen intimidar a la autoridad para mantener su agenda.

Es triste que, debido a esto, no se pueda disfrutar una de las ligas más apasionantes del mundo. Aunque solo es un grupo el que provoca este daño, también van familias y personas cualquiera a ver sus equipos favoritos y ellos terminan siendo los que salen más afectados, solo por querer ver a su club en su cancha.

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