LEYENDAS DEL FUTBOL MEXICANO

Pablo Larios: El maestro de Jorge Campos que terminó con el rostro desfigurado

El hoy comentarista de TV Azteca nunca ha negado, e incluso no se cansa de asegurar, que su máximo ídolo y mayor mentor fue el “Arquero de la Selva”

DEPORTES

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Pablo Larios se ganó el reconocimiento de ser uno de los mejores porteros del Mundial de México 86. FOTO: ESPECIALCréditos: FOTO: ESPECIAL

Portero que defendió los colores del Zacatepec, Cruz Azul, Puebla y Toros Neza, cuyas atajadas muchas veces fueron calificadas como “imposibles”, Pablo Larios tuvo una trágica vida que lo llevó de experimentar la gloria de la fama y jugar un Mundial con la Selección Mexicana a terminar con el rostro desfigurado por un desafortunado accidente.

Pablo Larios Iwasaki, conocido como el “Arquero de la selva”, por su lugar de origen, fue uno de los mejores porteros de toda la historia del futbol mexicano, recordado en gran medida por su juego decidido y agresivo que partido a partido mostraba al salir por la pelota dividida sin temor a sufrir algún golpe; un tipo que hacía de la frase: “El que no arriesga no gana”, su estilo de juego.

Sus sorprendentes atajadas, muchas de ellas grabadas en la memoria de cientos de aficionados, cautivaron y enamoraron por igual tanto a seguidores como rivales durante las décadas de los 80's y 90's. Tristemente a pesar de su éxito, tras su retiro la tragedia comenzó a definir su vida.

El talento de Pablo Larios lo llevó a defender los colores de la Selección Mexicana, incluso siendo jugador de la Segunda División. FOTO: ESPECIAL

Su trayectoria

Pablo Larios y el futbol nacieron para unir sus destinos indudablemente, al menos así lo demuestra su historia de vida, pues el reconocido arquero mexicano inició su carrera en la ciudad cañera, de reconocida afición al futbol, Zacatepec, en su natal estado de Morelos. Fue en este lugar donde creció, exactamente frente al Estadio Coruco Díaz, por lo que a Larios solo le bastaba cruzar la calle para estar rodeado y respirar la pasión por este deporte.

Desde muy niño, el guardameta cañero se trazó la meta de, en algún momento de su vida, defender los colores de su amado Zacatepec, pero no solo su pasión lo motivaba, pues jugar futbol de manera profesional era, de cierto modo, una oportunidad de cambiar su situación financiera, pues desde corta edad el arquero mexicano ayudó a sus padres en la casa de materiales, negocio de la familia.

Su labor como ayudante para descargar los bultos e insumos de la construcción, le valieron para forjar ese carácter duro con el que afrontaba los partidos, estilo que poco a poco fue perfeccionando hasta ser conocido como un arquero de arriesgadas salidas al que ningún miedo lo frenaba, ya que aseguraba que los golpes que pudiera recibir al chocar con el rival, no se comprarían en nada a su trabajo de cargador, pues decía estar “correoso” por su labor en la casa de materiales.

Desde muy pequeño Pablo Larios tuvo que trabajar para ayudar a sus padres. FOTO: ESPECIAL

El debut soñado

Fue a la corta edad de 19 años que Pablo Larios comenzó a escribir su gloriosa historia en el futbol nacional; a esta edad debutó con los “Cañeros” y poco a poco fue ganando fama por sus grandes actuaciones bajo los tres postes, lo que le valió para ser tomado en cuenta por la Selección Mexicana. Su calidad era tal, que incluso aún jugando en la segunda división Larios defendió la meta tricolor en diversas ocasiones.

Esta insólita situación de un jugador de categorías inferiores convocado a la Selección no se ha vuelto a repetir en la historia, aunado a que justamente por ello, Pablo Larios, fue llamando la atención de clubes de mayor renombre llegando a ser fichado en 1984 por el Cruz Azul.

Pablo Larios fue calificado como uno de los mejores porteros del Mundial de México 86. FOTO: ESPECIAL  

La fama y el dinero

Con su arribo a las filas de “La Máquina”, la fama y el dinero inundaron la vida de Larios pasando de ser ayudante en una casa de materiales a ganar millones de un momento a otro; pero así como el dinero parecía llover del cielo, los problemas financieros también aumentaron.

El talentoso guardameta nunca negó que le gustaba gastar su dinero, incluso es por demás conocida su obsesión por comprar carros sin de verdad necesitarlos, para después malbaratarlos y perder su inversión. Decisiones financieras como estas fueron las que lo llevaron a tener muchos apuros en materia económica.

El Mundial del 86: la copa del mundo que Larios pudo perderse

Mientras los problemas económicos crecían al igual que su fama, el guardameta celeste se preparaba para disputar el Mundial de 1986 a realizarse en México; sin embargo, a un mes de la justa veraniega el sueño parecía terminar, luego de que durante un partido amistoso contra Uruguay, Larios recibió un golpe en una de sus arriesgadas salidas en la que chocó contra el delantero charrúa llevándose un fuerte  golpe en el riñón que lo haría orinar sangre esa misma noche.

La recuperación fue difícil, al grado de que pensó que el Mundial se le escapaba pues el meta Olaf Heredia ya defendía como titular la portería del Tri, pero por fortuna, Larios logró recuperarse para disputar el torneo que se jugaría en suelo azteca, en el que incluso impuso la marca de ser el portero mexicano con menos goles recibidos en una Copa del Mundo, permitiendo sólo dos tantos.

En esa selección comandada por el entrenador Bora Milutinovic y en la que además de Larios, figuraban nombres como: Fernando Quirarte, Tomas Boy, Manuel Negrete, Javier Aguirre, Carlos Hermosillo y Hugo Sánchez, el legendario guardameta hizo historia al llegar hasta el tan anhelado “quinto partido”, donde fueron eliminados por Alemania. 

Pese a tener que despedirse del mundial en la fase de cuartos de final Pablo Larios se ganó el reconocimiento de ser uno de los mejores porteros de ese Mundial.

El Mundial de México 86 ha sido el único en el que el conjunto mexicano disputó un quinto partido. FOTO: ESPECIAL 

Su andar por la Liga Mexicana

Tras el Mundial, Larios continuó sumando logros a su trayectoria, con Cruz Azul obtuvo un par de subcampeonatos de liga;  de ahí fue traspasado al Puebla, donde se coronó campeón en 1990, y con la “Franja”, también conquistó el título de Copa.

Jugando con los “camoteros” fue donde conoció a Manuel Lapuente, una de sus mayores influencias y a quien incluso considera como su segundo padre. 

Del Puebla fue transferido al colorido y recordado equipo de Toros Neza, donde a lado de figuras como Miguel “Piojo” Herrera, Antonio “Turco” Mohamed, Rodrigo “Pony” Ruiz, Guillermo Vázquez, entre otros destacados jugadores, arrasaron la liga y disputaron la final de 1997, la cual lamentablemente perdieron por goleada 6-1 frente a las Chivas.

Un año después de esta final y tras 16 años de trayectoria, Larios decidió poner fin a su carrera deportiva y colgar los guantes.

Larios perdió una final con Toros Neza por goleada 6-1 frente a las Chivas en1997 FOTO: Marcelino Rivero

Los excesos que le desfiguraron el rostro

Tras su retiro de las canchas la vida de Pablo Larios se vio envuelta en la tragedia, primero fueron los problemas económicos los que lo aquejaron, luego el enfrentarse a la muerte una y otra vez, primero la de su padre, dos meses después su esposa; a los tres años la de su hijo, seguida de su madre y casi imediatamente la de su hermana.

Todo ese dolor y sufrimiento lo llevaron a buscar sanar de alguna forma lo que lo orillo a adentrarse al mundo del consumo de sustancias prohibidas. 

A pesar de que Larios negó sus adicciones y problemas con las drogas, una infección en la nariz, ocasionada por la combinación del consumo excesivo de estas sustancias, así como la mala calidad de las mismas, le provocó una desfiguración en su rostro.

El guardameta logró superar estos pasajes difíciles llegando a ser inspiración de otras leyendas como Jorge Campos, quien en repetidas ocasiones ha reconocido que todo lo que sabe lo aprendió de Pablo Larios.

Tras una vida de altas y bajas, Larios dejó este mundo el 31 de enero de 2019 a los 58 años, sin duda, dejando un legado imborrable en el fútbol mexicano del cual es toda una leyenda.

Jorge Campos siempre ha considerado a Pablo Larios como el mejor portero de México. FOTO: ESPECIAL

La admiración de Jorge Campos 

Solo una leyenda puede ser la inspiración de otra leyenda, al menos así lo hicieron ver Jorge Campos y Pablo Larios, quienes forjaron una fuerte amistad, luego de que Larios se volviera el mentor del joven campos al inicio de su carrera. 

El originario de Zacatepec marcó un parteaguas para la posición de portero sea una de las que menos adolece México en cuestión de fútbol, gracias en gran medida a que Larios fue una influencia para toda una generación de guardametas, de la cual destaca, Jorge Campos considerado por la mayoría el mejor portero mexicano de la historia.

Para nadie es un secreto que el hoy comentarista deportivo de TV Azteca es toda una leyenda a nivel mundial, quien pese a dicho reconocimiento, nunca ha negado, e incluso no se cansa de asegurar, que su máximo ídolo y mayor mentor fue Pablo Larios.

“Se fue el mejor de todos los tiempos (...) Siempre le estaré agradecido por lo que me enseñó. (...) Creo que fui su obra maestra, por todo lo que me entrenó. Gracias ídolo“, escribió Campos tras la muerte de quien siempre ha dicho fue quien le enseñó todo.

Para Jorge Campos, Pablo Larios es el mejor portero mexicano de la historia. FOTO: ESPECIAL

Sus mejores atajadas

Para todas las nuevas generaciones que no tuvieron la dicha de ver jugar a Pablo Larios, aquí te dejamos una recopilación de sus atajadas más destacadas e imposibles:

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