Soraya Jiménez Mendivil emocionó a México cuando dio el momento más importante y emotivo para el deporte nacional en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.
La garra con la que compitió Soraya un 18 de septiembre del año 2000 en las lejanas tierras australianas le valió convertirse en la primera atleta mexicana en enfundarse con el metal de oro en la prueba de halterofilia categoría de los 58 kilogramos.
En 20 segundos bastó para que todos los años de formación de Soraya Jiménez se vieran recompensados al tocar lo más alto del olimpo con la fuerza y el coraje con que cargó los 125,7 kilos en un vibrante episodio para el deporte mexicano.
Así fue entonces como Soraya Jiménez se convirtió en una leyenda para México y tuvo un efecto positivo en las y los jóvenes deportistas que buscaban imitarla y como ejemplo de la tenacidad que se necesita para enfrentar cualquier situación en la vida cotidiana.
Escuchar el himno nacional en una competencia internacional y sobre todo en una justa olímpica es una acontecimiento que no sucede todos los días para el deporte nacional. Al ver a Soraya cantar el himno y saludar a la bandera mexicana ondeando en el primer lugar junto con las banderas de Corea del Norte y Tailandia que ganaron el segundo y tercer lugar, respectivamente, quedó grabado en el recuerdo de todo mexicano.
Soraya Jiménez fue la pionera en la halterofilia en México y abrió el camino para que el deporte fuera adoptado por las futuras generaciones de atletas nacionales que al momento ha brindado alegrías como la recién medalla de bronce en Tokio 2020 ganada por Aremi Fuentes al cargar 250 kilos de peso-
RMG