LA MÁQUINA

Cruz Azul, a 20 años de la aventura épica en la final de la Copa Libertadores 2001

La Máquina jugó el partido de ida ante Boca Juniors el 20 de junio en el Estadio Azteca

DEPORTES

·
La Máquina jugó el partido de ida ante Boca Juniors el 20 de junio en el Estadio Azteca. Especial Créditos: Especial

Hace 20 años, Cruz Azul comenzó, en un 20 de junio, una de las aventuras más grandes de su historia, el partido de ida de la primera final de la Copa Libertadores de un equipo mexicano. Y como rival, tenía enfrente a un club que hizo época en esos años dentro del futbol sudamericano, el Boca Juniors de Carlos Bianchi.

El cuadro celeste había sobrepasado las expectativas al llegar a la instancia final, primero siendo líder del grupo 7, pasando por encima del Sao Caetano de Brasil, del Defensor Sporting uruguayo y del Olmedo ecuatoriano.

Cuatro victorias, un empate y una sola derrota fue el saldo que tuvo el conjunto cementero en esa primera fase, en donde sorprendió a propios y extraños con un buen futbol, una defensa sólida y dinámica, un medio campo muy creativo y una delantera contundente, que tenía ni más ni menos a un refuerzo de lujo, el paraguayo José Saturnino Cardozo.

Lo que nadie se imaginó, en el mundo de La Máquina durante esa primera ronda, es que lo mejor del viaje estaba por venir.

El épico paso antes de la final

Desde su llegada a los octavos de final ante Cerro Porteño de Paraguay, Cruz Azul nunca fue favorito en sus series previas a la disputa por el trofeo. En esa ronda, el partido de ida en territorio guaraní fue sufrido para el cuadro celeste, ya que perdió 1-2 ante el conjunto sudamericano, con muchos roces y  momentos difíciles.

Pero en la vuelta en el Estadio Azul, La Máquina logró imponerse 3-1, y tenía que ser un paraguayo como Cardozo, que con dos anotaciones, fue el hombre clave para obtener la victoria y el pase a cuartos.

En la siguiente fase, tocaba un histórico como River Plate. Después de un empate sin goles en Buenos Aires, y ante la gran demanda y el reciente interés por el paso celeste en este torneo, el segundo partido se movió a la cancha del Estadio Azteca, donde el cuadro mexicano venció a los Millonarios por 3-0, en una gran tarde de Francisco Palencia.

En semifinales, el destino marcó a otro argentino, el Club Rosario Central. Esta vez el Azteca fue testigo de la ida, con una victoria sin problemas por 2-0 por parte de los cementeros. La vuelta, en el Estadio Gigante de Arroyito, fue un épico empate a tres goles, con otra épica exhibición de Palencia y de Héctor Adomaitis, que fue el motor del equipo.

Esta historia celeste, como muchas otras, estaba encaminada a tener un final dramático.

Pelea por el título

El 20 de junio de 2001, el Estadio Azteca llenó sus tribunas para presenciar un momento histórico en la historia del futbol mexicano:  el primer equipo azteca en pelear el trofeo continental más importante a nivel de clubes.

Oscar Pérez en la portería, Norberto Ángeles, Sergio Almaguer, Melvin Brown y José Alberto Hernández en la defensa; Pablo Galdames, Víctor Gutiérrez, Julio César Pinheiro y Ángel Matute Morales en el mediocampo; Francisco Palencia y José Cardozo en la delantera, quedaron marcados por siempre en el cuadro cementero al formar el once titular de ese duelo.

“Nosotros lo disfrutamos, teníamos mucha ilusión, ganas de trascender y queríamos hacer historia”, afirmó el Conejo Pérez, uno de los artífices de la Máquina en 2001, en palabras para El Heraldo de México.

 “Había una gran camaradería. Éramos un equipo muy balanceado, con jugadores jóvenes surgidos de la institución, así como elementos de experiencia, bien manejados por José Luis (Trejo, el director técnico).

 Estábamos muy convencidos de lo que hacíamos y creímos en nosotros mismos”, agregó.

Boca Juniors llegó en calidad de campeón defensor del certamen, además de haber conseguido un año antes la Copa Intercontinental ante el Real Madrid. Como figuras sobresalían Juan Román Riquelme, junto a Marcelo Delgado, Oscar Córdoba, y como delanteros, Christian Chaco Giménez y Walter Gaitán, quienes tiempo después, jugaron y dejaron su huella en el futbol mexicano.

Cruz Azul dominó gran parte del primer tiempo con llegadas sobre la portería de Córdoba, con disparos de Palencia y Matute Morales, quienes además, fueron el gran motor del equipo a la ofensiva, acompañados por Cardozo como el hombre punzante.

Las únicas aproximaciones que tuvo el cuadro xeneize en la primera mitad fueron obra del mismo Riquelme en dos jugadas a balón parado que fueron resueltas por Pérez.

Para el segundo tiempo, el conjunto argentino tuvo más control de la pelota y del mediocampo. Con pases largos, empezó a crear peligro a una zaga celeste que dejó algunos espacios.

Y fue así, al minuto 80’, que consiguieron el 0-1 definitivo en un tiro a la entrada del área de Marcelo Delgado pegado al poste derecho, que no pudo desviar ni detener el Conejo.

“Ellos (Boca Juniors) eran un equipo muy completo, con mucha experiencia, y nos sorprendieron con ese gol. Obviamente, al final estuvimos molestos y nos dio amargura porque no era el resultado que esperábamos, pero también era un reto interesante para el partido de vuelta, y convencidos de lo que podríamos hacer”, expresó Pérez.

La historia final es de todos conocida. Ocho días después, La Máquina dio un gran partido y ganó por marcador de 0-1 en los 120 minutos de juego, en la vuelta en el Estadio La Bombonera de Buenos Aires, con gol de Francisco Palencia, situación que obligó a la serie de penaltis.

Ahí, tanto Pablo Galdames, José Alberto Hernández y Julio César Pinheiro fallaron sus respectivos tiros, y con ello, la ilusión del título se esfumó.

“No terminaron bien las cosas, pero se hizo un gran torneo. A pesar de todo lo que se vivió, los viajes largos, los traslados y todo lo que tuvimos en contra, se llegó a la final, y le dimos un gran valor a eso. Nos quedamos muy cerca de lograr el objetivo ante un gran rival. Hasta la fecha, la gente de Cruz Azul se acuerda de esa final, siempre nos brindó su apoyo”, concluyó Oscar Pérez.

POR ÓSCAR ZAMORA

MAAZ