Una final a lo Atlas. Los ojos del futbol mexicano están puestos en los tapatíos, que tienen una chance de lograr el segundo título de su historia, y romper 70 años de sequía. Para eso deben conseguir un triunfo en casa ante León, en la vuelta de la final de la Liga MX.
Fiel a su estilo, tiene que venir de atrás y remontar el marcador adverso de 2-3 que se dio en la ida.
En 1951, cuando todavía no existía la Liguilla, los Zorros se impusieron en la última fecha a Chivas y superaron en la clasificación al León, por cuatro unidades de ventaja.
Esta vez, los dirigidos por Diego Cocca deben vencer a su rival por dos goles o más de diferencia para coronarse, algo que durante el torneo regular hicieron en cinco ocasiones, tres de ellas en su propio territorio y una al cuadro de La Fiera, precisamente por 2-0. Si logran la victoria por uno, hay alargue.
Los rojinegros han jugado 22 fases finales. Lo más cerca que estuvieron de la cima fue en el Verano 1999, cuando cayeron en la final con Toluca.
Por su parte, los esmeraldas llegan al Jalisco con ventaja, en un estadio donde han ganado en cuatro de sus últimos 10 encuentros.
En las cuatro finales que disputaron desde su regreso a Primera División, en 2012, han vencido en dos ocasiones en el partido de vuelta como visitante: 1-3 al América, en el Apertura 2013, y 0-2 a Pachuca, en el Clausura 2014.
En las últimas 10 series por el título, sólo cuatro clubes han llegado a la vuelta en casa con el marcador adverso y ninguno se coronó. Fiel a su estilo, el Atlas va a sufrir hoy.
MAAZ