De un clásico e insípido empate sin daño en el marcador en Ciudad Universitaria, el beneficiado resultó ser el América. Además de recibir la vuelta ante los Pumas, el sábado en el Estadio Azteca, nunca ha sido eliminado por este oponente cuando gana o iguala en la ida.
De las seis veces anteriores en las que se han enfrentado en la Liguilla estas escuadras, en dos ocasiones firmaron la paridad durante el primer episodio: quedaron 0-0 en el Verano 2002 y 1-1 en el Apertura 2018, y en ambas semifinales avanzaron los azulcremas.
Cabe recordar que en la última de éstas le propinaron un escandaloso 6-1 a su adversario en El Coloso de Santa Úrsula para el encuentro de desenlace.
A lo anterior se suma que el conjunto de la UNAM sólo tiene una victoria en las más recientes 18 ediciones del clásico capitalino en la Liga MX, por lo cual remará contracorriente para el choque del fin de semana, recordando que debe ganar en el marcador para avanzar, pues el gol de visitante ya no cuenta.
Sabedor de este criterio, la escuadra de Santiago Solari saltó al terreno de juego con la intención de hacer un partido con precaución, para contener el ímpetu de los auriazules, que estaban envalentonados, tras eliminar al Toluca.
Tanto el primer como el segundo tiempo fueron mesurados de emociones, pero con un conjunto local propositivo, que puso en aprietos a Guillermo Ochoa y su portería en más de una ocasión. En cambio, la visita tuvo su acción más peligrosa con un disparo de Federico Viñas, tras un descuido de la zaga local.
Más con entusiasmo que con claridad en ideas, los felinos buscaron sacar el resultado en su territorio, pero el América se atrincheró y pretende firmar su boleto en casa.
MAAZ