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Venus Williams celebra su cumpleaños 40, sin pensar en el retiro

DEPORTES

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La tenista estadounidense Venus Williams celebra este miércoles 40 años de vida y la palabra “retiro” no se vislumbra en su horizonte; por el contrario: los retos continúan y, en medio de la lucha racial que libra su país, ella, junto con su hermana Serena, han sido un estandarte a favor de las mujeres afroamericanas en el deporte blanco.

Su andar, con el de Serena, se convirtió en una inflexión para el tenis mundial, primero porque con su calidad, competitividad y espectacularidad en la cancha, Estados Unidos vio surgir una nueva era en la que ellas abrieron una puerta que estaba cerrada para las jugadoras afroamericanas y hoy, el gremio tiene más presencia con sangre nueva como: "Coco" Gauff o Sloane Stephens.

Per otro motivo que las dejó en el foco de atención fue la innovación ante el severo conservadurismo del deporte blanco, pues las Williams llevaron color e irreverencia a las canchas, con uniformes de vivos colores y atrevidos diseños; en el Roland Garros de 2010, por ejemplo, Venus usó un diseño que parecía un babydoll de encaje negro y vivos rojos y, a pesar de la incredulidad o críticas por los atuendos que continuamente presentaron, las Williams y su nivel competitivo hacían respetar esa forma de manifestar también su creatividad y su lucha por una diversidad que causaba controversias y juicios como acusarlas de “no respetar el deporte”. 

Pero esas voces no silencian sus deseos y tiene su propia marca deportiva: EleVen, que incluso vende por internet.

Aunque se alejó de las canchas, Venus sigue en el radar mediático, pues luego del asesinato de George Floyd a manos de policías de Minneapolis, la tenista se manifestó al escribir en sus redes sociales: “El racismo aún se extiende en Estados Unidos. Hablar de racismo no era popular antes. Ha sido ignorado. Hasta que no das un paso adelante, como afroamericana que soy, no podrás entender los desafíos a los que te enfrentas en este país, en este mundo”.

Nacida en Lynwood, California, Venus y Serena se iniciaron en el deporte blanco gracias a su padre Richard, quien de las cinco hijas, hizo dos de las mejores tenistas profesionales en la historia mundial.

Venus tenía 14 años de edad cuando debutó como profesional y cuatro años después, en los Juegos de Sidney 2000 inició su camino como una leyenda olímpica: allí ganó oro singles y dobles, cetro que retuvo en Beijing 2008 y Londres 2012; pero para Río 2016 se quedó con la plata en dobles mixtos, para acumular cinco preseas. Solo dos mujeres han alcanzado cuatro cetros en la justa veraniega: la propia Venus y su hermana Serena.

En 2002, tenía 21 años, cuando se convirtió en la primera jugadora afroamericana clasificada como No. 1 de la WTA y allí permaneció 11 semanas, en tres distintos periodos. Ganó 49 torneos individuales de la WTA entre ellos, siete Grand Slams (Wimbledon cinco veces y, el US Open, dos veces más).

Quizás su más dura rival ha sido su hermana Serena, a quien enfrentó en ocho finales de Grand Slam de las que ganó dos y perdió cuatro de ellas de forma consecutiva: Roland Garros, Wimbledon, US Open, todas en 2002 y al año siguiente, el Australia Open. A pesar de su prolífica carrera, no ha ganado nunca en Roland Garros ni el Abierto de Australia.

El 14 de septiembre de 2003, su hermana mayor, Yetunde Price fue asesinada por arma de fuego en la compleja comunidad de Compton, California; después sus padres se divorciaron, lo que desequilibró su rendimiento deportivo, pero además, en 2004 vivió un incidente automovilístico en el que falleció una persona de 78 años. La conductora del otro auto denunció que Serena se pasó un alto y al no lograr frenar a tiempo, ella chocó con la tenista.

En 2005, cayó al 14 del mundo y llegó a Wimbledon sin altas expectativas, pero venció a María Sharapova en dos sets; en la final superó a Lindsay Davenport (entonces No. 1) y se convirtió en la jugadora con peor clasificación que ha levantado este título. La victoria en Wimbledon 2005 fue un logro aún más difícil porque rompió el récord de la final femenil más larga de la historia del torneo con 2 horas y 45 minutos de juego.

En 2011 se le diagnosticó el síndrome de Sjögren, enfermedad autoinmune que causa fatiga y fuertes dolores articulares.

Hasta la fecha ha acumulado 42 millones 805 mil dólares en ganancias económicas en torneos de tenis, pero han sido mucho más lucrativo ser una de las voces que hizo ver cómo lo diferente también cabe en una cancha de tenis. [nota_relacionada id=1091986]

Por Katya López Cedillo

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