Un adagio dice que las cosas buenas, si breves, dos veces buenas. Esto podría aplicarse a un pequeño museo, pero grande por contenido, que habita en una de las construcciones icónicas del país.
Se trata del Museo Nacional de Arquitectura que, desde su creación en 1984, se encarga de promover con orgullo el gran patrimonio arquitectónico con el que cuenta el país en toda su geografía.
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Para lograrlo, cuenta con numerosas exposiciones temporales que abordan distintas temáticas, que van desde la inspiración tomada por arquitectos mexicanos que viajan por el mundo hasta reflexiones sobre el futuro de este oficio.
Desde su inauguración hasta la fecha ha sido sede de más de 160 exposiciones, en las cuales se aprecian los valores de la arquitectura mexicana del siglo XX y cómo ha retomado la identidad nacional, plasmándola en el paisaje urbano.
La joya de Bellas Artes
Al encontrarse en el tercer piso del imponente palacio proyectado por Adamo Boari y que, durante el Porfiriato, fue considerado como sede del Teatro del Pueblo, el Museo Nacional de Arquitectura puede pasar desapercibido para sus visitantes.
Sin embargo, una vez descubierto, no solo ofrece un viaje de comprensión sobre la ciudad y sus componentes, sino que ayuda a entender el entorno en el que vivimos y a buscar nuevos referentes estéticos en el camino de cada día.
Actualmente expone ‘Vissi d’Arte’. Presencia italiana en los teatros de América Latina, una muestra que retoma la imagen de teatro alrededor de toda Latinoamérica y cómo la influencia italiana está presente en cada uno de estos recintos.
La entrada al Museo Nacional de Arquitectura tiene un costo de 65 pesos y está abierto de las 10:00 a las 18:00 horas, de martes a domingo. Durante este último día, la entrada es libre.