Con la energía propia de la juventud, a lo que se suma un talento bien guiado, los estudiantes de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Autónoma de Baja California saben que el futuro de las expresiones artísticas les pertenece.
Así, mediante el cine, la plástica, la escultura, pero también el tatuaje y la animación digital, los jóvenes estudiantes dan rienda suelta a sus deseos de crear mundos nuevos en donde todo lo que sueñan, cabe.
Sigue leyendo:
Diverxo, la muestra LGBT+ que puedes disfrutar el Centro Histórico
Conoce la obra de las pioneras del arte en México
“La base de la licenciatura es el dibujo, la pintura, la gráfica y la escultura, pero de ahí nos abrimos a diferentes lenguajes y tratamos de extendernos a otras áreas como el diseño, la ilustración digital, la impresión 3D, la cerámica, la fotografía, el video experimental, etc.
“Incluso, por ejemplo, hemos tenido cursos curriculares de tatuaje. Lo que también tratamos de hacer es incentivar la producción y la participación de los estudiantes en diferentes eventos”, explica Christian Zúñiga, coordinador de la licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Baja California, plantel Tijuana.
La imaginación al poder
La muestra de jóvenes que se presentaron en el stand instalado en el Art Walk de Rosarito podría también representar lo que es Tijuana en particular y la Baja en general: orígenes e intereses diferentes, expresiones distintas, pero todo mezclado de una forma extrañamente armónica.
“En general, diría que Baja California es un lugar muy rico en esta cultura mixta que tenemos con la frontera, siento que es un lugar donde el arte coexiste, no sólo a nivel nacional sino que internacional, y pues es algo que es muy atractivo”, argumenta Isabel Morales, una de las jóvenes artistas formadas en la academia tijuanense.
A los más jóvenes en realidad no les importan tanto los recintos para presentar sus obras de arte, pues les interesa más despertar una reacción en los espectadores para desarrollar un diálogo más allá de lo artístico.
“Me gusta hacer algo más urbano, más en espacios abiertos, porque en un punto de la carrera te enseñan muchas cosas acerca de la crítica, de lo que son las instituciones del arte, cómo se maneja todo eso y pues personalmente siento que está un poco desalineado de la realidad. A mí me gusta hacer cosas más accesibles, no tan elitista como suele ser”, argumenta otro estudiante, llamado José Ángel.
“Mi arte lo pego en la calle y prefiero que la gente intervenga en él y lo raye y lo maltrate y le haga lo que quiera, pero que al menos lo vea y le cause hacer algo o una expresión”, explica Donovan Maldonado, uno de los jóvenes expositores.
Contra la violencia y el estereotipo
Durante décadas, la frontera ha sido caracterizada como un sitio violento tanto dentro como fuera de Tijuana, pero los muchachos creen que con el arte y un esfuerzo de toda la sociedad esa imagen puede cambiar.
“Aunque muchos se vayan a ver lo agresivo, la delincuencia y eso, yo quiero tomar, rescatar lo que es bueno o lo que es pues nostálgico, así que pues mi lema es que la realidad no puede vivir sin la fantasía”, explica Itzel Portillo, quien prefiere presentarse con su nombre artístico, la “Candy”.
La búsqueda del lenguaje artístico no solo los representa como colectivo, sino que les ha ayudado individualmente a desenvolverse desde expresiones y sitios que nunca antes habían pensado.
“Estudiar artes plásticas fue la mejor decisión porque ahí fue donde convergieron todos mis gustos de teatro, de contar historias a partir de una obra artística y pude finalmente comprimir todo lo que quería contar en una sola cosa”, reflexiona Iliana García.
“Somos multifacéticos, en Tijuana tenemos muchísimo arte de diferentes zonas, de diferentes regiones, obviamente por ser una frontera y una ciudad muy visitada”, concluye Melissa Ramírez.