CURIOSIDADES DEL DESAYUNO

Cinco cosas que no sabías sobre el bolillo

Indispensable en el desayuno y después de un susto, este sabroso pan tiene una historia igual de rica

CULTURA

·
El bolillo tiene una historia llena de curiosidades.Créditos: José Arrieta

Se dice que a los capitalinos todo nos sabe mejor dentro de un bolillo. No importa el ingrediente, la circunstancia y mucho menos la hora del día: el bolillo es el medio ideal para llegar al estómago de los habitantes de la Ciudad de México.

La tradición panadera llegó al territorio mexicano con los europeos. De hecho, se dice que un soldado de Hernán Cortés, llamado Juan Garrido, fue el primero en intentar sembrar trigo en el país con éxito.

Sigue leyendo:

La salsa mexicana que es considerada la más popular en el mundo, según Taste Atlas, ¿cómo prepararla?

Suben las tortas de tamal: están 70 por ciento más caras que hace dos años

Tortillas vs Bolillo: ¿Qué alimento engorda más y cuál deberías eliminar de tu dieta?

El bolillo fue una de las primeras delicias panaderas que los artesanos de la Colonia comenzaron a popularizar entre los habitantes de las grandes ciudades, y con verdadera devoción en la capital.

Así que, ya sea porque quieras iniciar una conversación interesante o solo por puro interés culinario, aquí van cinco datos que no sabías, o tal vez sí, sobre el príncipe de la panadería mexicana: el bolillo.

Un nombre artesanal

Originario de Andalucía, el bolillo es una curiosidad en sí misma. Su nombre le fue aportado por asociación con el trabajo de los carpinteros, quienes remataban camas y sillas con “bolillos torneados”, pequeñas bolitas de madera que se parecen a los apéndices típicos del pan.

De hecho, aunque es muy popular en Hispanoamérica, no en todos lados se llama igual. En Argentina y Uruguay se le conoce como pan Felipe, en memoria de un regente ibérico, mientras que en Venezuela se le dice pan francés, porque es relativamente parecido a una baguette de menor tamaño.

El bolillo es un tipo de pan blanco leudado. Foto: José Arrieta

Greñudo es mejor

La mejor manera de saber si un bolillo es de buena calidad es saberlo apreciar con la vista. Su color debe ser dorado, su miga aireada y consistente y, al tacto, debe ser suave por dentro y crocante por fuera.

Sin embargo, la prueba reina de calidad es que su greña, que es la abertura que por lo general estos panes suelen tener en medio, sea de apariencia agradable, bien cocida y bastante expuesta.

Que no te den pambazo por bolillo

En la riquísima tradición panadera mexicana, existen varios tipos de pan blanco que se distinguen por sus formas y usos culinarios. De hecho, la gran mayoría se hacen con los mismos ingredientes: harina de trigo, agua, levadura y sal.

A diferencia del bolillo, el pambazo no tiene greña y la telera es más plana y tiene dos divisiones. Este último es el favorito para preparar tortas, mientras que el bolillo se usa más en la preparación de molletes y los pambazos son la base del antojito homónimo.

El bolillo tiene una forma característica. Foto: Archivo

¿Son primos del birote?

Sí y no. De acuerdo con la leyenda, en el tiempo de Maximiliano un panadero belga de apellido Pirotte trató de hacer pan blanco en el oriente del país, concretamente en Guadalajara, pero las levaduras no hacían crecer la harina.

Tras probar numerosas recetas, el bueno de Pirotte logró dar con una proporción ideal para crear un pan algo más seco y salado que el bolillo tradicional, aunque más similar a la baguette. Así nació el birote, una especie de pariente y variación del bolillo al mismo tiempo.

¿Son buenos para el susto?

No importa qué te haya espantado, si estás en la Ciudad de México, por lo regular te recomendarán que comas un pedazo de bolillo “para el susto”. Como muchas cosas de la sabiduría popular, comer pan tras una impresión fuerte parece ser una buena idea.

De acuerdo con investigadores de la UNAM, comer un pedacito de bolillo ayuda a recoger los jugos gástricos resultantes de la explosión de adrenalina que supone un susto, además de tener un componente psicológico que te hace calmarte.