Suele suceder que las grandes leyendas suelen estar rodeadas por un halo de misterio, el cual se nutre por historias que pueden o no ser ciertas, que se exageran o minimizan al gusto de quien las cuenta.
La estatuilla de los Premios al Mérito de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos no es ajena a ello, y existe en particular una leyenda que vincularía su nacimiento con un legendario cineasta mexicano.
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Durante muchos años, se contó una historia que decía que la estatuilla estaba inspirada en la silueta del actor coahuilense Emilio “Indio” Fernández, relato que cobró fuerza entre medios mexicanos y fue divulgado… por el mismo “Indio” Fernández.
Aunque desde hace años la propia Academia ha aclarado que esto no es cierto, puesto que para su manufactura el escultor George Stanley no empleó modelos, es una historia que suele resurgir en los días previos a la entrega de los premios.
¿Emilio Fernández fue el modelo para el Oscar?
Definitivamente no. Sin embargo, la historia diseminada por el cineasta, actor y productor mexicano, quien gozaba desorientando a los periodistas inventando relatos sobre su propia vida y la de sus amigos, sonaba perfectamente creíble.
El general revolucionario Adolfo de la Huerta fue uno de los que animaron a Fernández a seguir sus sueños en la Meca del Cine y, en 1926, debutó en la cinta “Torrent”. En ese entonces tenía 22 años.
Una de sus amigas más cercanas, Dolores del Río, mantenía una relación sentimental con Cédric Gibbons, director de arte en la productora Metro Goldwyn Mayer y quien realizó en 1927 el boceto de la estatuilla que se entregaría en los premios de la Academia.
Allí viene la confusión. Según la historia, la diva mexicana convenció al actor nacional de posar desnudo para el escultor George Stanley, de manera tal que la estatuilla estaría inspirada en su silueta.
Aunque es cierto que Dolores del Río y Emilio “Indio” Fernández tuvieron una relación cercana de amistad e incluso coincidieron en algunas cintas nacionales, no lo es que haya sido modelo del escultor o tuviera alguna relación con la creación de la estatuilla.
Tras décadas de repetición de la historia, sin embargo, decenas de medios la dieron por válida hasta que la propia Academia reveló la verdad oficial: Stanley no se inspiró en nadie en particular para la creación de su caballero dorado.
¿Por qué se llama Oscar?
Otro mito alrededor del premio de cine más popular en todo el mundo es que se llama Oscar. De hecho, por todos lados se le conoce de esta manera, aunque su nombre oficial es el de Premio de la Academia al Mérito.
Se dice que todo inició cuando Margaret Herrick, quien fue bibliotecaria y directora ejecutiva de la Academia, comenzó a llamar así a la estatuilla, debido a que pensaba que se parecía un poco a su tío.
El apodo de la presea comenzó a hacerse popular entre los miembros de la Academia y en 1934, el columnista Sidney Skolsky lo llamó así para referirse a la presea que recibió Katharine Hepburn por su actuación en “Gloria de un día”.
A partir de allí el apodo cobró aún más fama y, finalmente, la Academia lo acogió oficialmente en 1939, aunque solo como sobrenombre: el reconocimiento se llama oficialmente Premio de la Academia al Mérito.