Cantinflas no sólo era "el gran cómico de México", era además amante del toreo a tal grado que su fascinación por esta disciplina lo llevó a construir una hacienda en la que buscaba poner una ganadería para la crianza de toros bravos. El lugar fue llamado La Purísima y se construyó en el Estado de México, específicamente en Ixtlahuaca de Rayón.
La hacienda La Purísima tenía más de 500 hectáreas (36 acres) donde además se construyó un corral para la tienta de becerros, una capilla y un campo de golf, todo para que cada mes "El mimo de México" la visitara en sus ratos de ocio. Fue construida en la década de los años 60.
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Cantinflas no pudo torear en la hacienda La Purísima
“En 1959 pensé seriamente en iniciar una ganadería para la crianza de toros bravos; se llamó Moreno Reyes Hermanos y estuvo instalada en la Villa de Ixtlahuaca, en el Estado de México... La casa: era muy bonita, grande, y en ella guardé muchos recuerdos. Fueron 500 hectáreas en las que criamos muchas esperanzas”, recordaba Cantinflas.
El sueño de Cantinflas no pudo consolidarse, pues Mario Moreno no logró convertirse en un ganadero de toros de lidia, ya que su salud empeoró y tras su muerte la hacienda cambió de giro, dejando un legado taurino de gran valor. En la actualidad la propiedad se encuentra bien conservada pues es un hotel donde se realizan eventos sociales.
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Actualmente La Purísima es un hotel donde se llevan a cabo recepciones como bodas, XV años o se puede disfrutar de un día de campo, ya que cuenta con área de parrillas, kiosco, restaurante, amplios jardines, juegos infantiles, capilla, plaza de toros, caballerizas, teatro, campo de golf, campo de tiro, cancha de basquetbol, cancha de voleibol, canchas de tenis, piscina techada, fuentes y otras amenidades.