DULCES TÍPICOS

Esta sabrosa golosina fue PROHIBIDA en el virreinato por esta razón

Consumidas desde la época prehispánica entre los pueblos originarios, las alegrías de amaranto sufrieron una prohibición que duró siglos

CULTURA

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Las alegrías de amaranto, populares antes de la llegada de los europeos, fueron prohibidas por motivos religiosos.Créditos: Wikimedia Commons

Elaboradas con miel de maguey y amaranto, las alegrías fueron un dulce muy popular durante muchos siglos antes de la llegada de los europeos a las tierras mexicanas, de acuerdo con numerosos antropólogos.

Sin embargo, esta deliciosa golosina, la cual sigue siendo disfrutada en todo el país, estuvo a punto de desaparecer por una prohibición impuesta por Hernán Cortés, luego de consolidar la conquista del imperio mexica.

¿Cuál es el origen de la alegría de amaranto?

Nativa de América, la planta de amaranto comenzó a cultivarse en Mesoamérica hace más de 5 mil años, siendo uno de los alimentos más importantes en la dieta de los pueblos originarios, junto con el maíz y la chía.

Durante el periodo de mayor auge del Imperio Azteca, parte del tributo que le exigían a los pueblos de la región se tenía que pagar en huautli, la planta del amaranto, de donde se extraían las semillas para tostarlas y transformarlas.

En la actualidad, las alegrías de amaranto suelen llevar otro tipo de semillas. Foto: Wikimedia Commons

Numerosas investigaciones afirman que el amaranto se usaba de distintas formas, pero una de las más populares era mezclado con miel de agave, con la que se hacían figuras de animales e incluso de dioses.

Para los mexicas, el amaranto estaba ligado con Huitzilopochtli, por lo que durante las fiestas dedicadas a este dios se hacían figuras con su silueta, mismas que se comían porque era como consumir un pedacito de la deidad.

La prohibición de Cortés y la casi desaparición del amaranto

Tras la llegada de los europeos y la evangelización, algunas de las costumbres litúrgicas y religiosas de los pueblos originarios fueron prohibidas, pues las consideraban propias de salvajes y alejadas de la religión católica.

Según relatos de Bernal Díaz del Castillo, cuando Hernán Cortés descubrió el uso ceremonial de las semillas de amaranto, prohibió inmediatamente su consumo, puesto que pensaba que era un sacrilegio el hecho de poderse “comer” a su dios.

La planta del amaranto destaca por su resistencia a las adversidades. Foto: Wikimedia Commons

La producción de amaranto también decayó debido a esta prohibición, la cual duró varios siglos y provocó que se dejara de cultivar esta planta en buena parte del territorio nacional, lo que la puso al borde de la extinción.

Sin embargo, las condiciones propias del amaranto, que se puede adaptar prácticamente a cualquier clima y condición del terreno, hicieron que prevaleciera a pesar de la prohibición.

Al infinito y más allá

Las virtudes del amaranto son bien conocidas. Se trata de uno de los alimentos con mayor cantidad de proteínas, además de una buena variedad de vitaminas y minerales, por lo que es considerado un superalimento.

De hecho, científicos de la NASA eligieron al amaranto como parte de la dieta de los astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional, ya que es ligero, versátil y muy nutritivo.