El pozole es, sin lugar a dudas, uno de los platillos favoritos de los mexicanos y es habitual que durante el mes de septiembre aumente su consumo debido a las fiestas patrias, no obstante, muy pocas personas saben que esta deliciosa preparación a base de maíz, carne y chiles tiene un origen sumamente oscuro y hasta sanguinario, por lo que en esta ocasión te contaremos qué cuáles son las aterradoras conclusiones a las que llegaron distintas investigaciones en torno a este exquisito plato.
Para empezar a abordar el tema es importante señalar que existen distintas formas de preparar el pozole y estas dependen de la región del país ya que se han hecho distintas modificaciones según los recursos que se encuentren a la mano y debido a ello no resultará extraño comer pozole de puerco, pollo, res, o hasta con mariscos, además, hay de distintos colores pues se puede comer rojo, verde y hasta blanco, pero la única constante es que todos ellos tienen como base el maíz.
El sanguinario origen del pozole
En el Códice Florentino, la primera enciclopedia sobre la vida y cultura de los antiguos pueblos del centro de México que hablaban náhuatl, se confirma que el origen del pozole es prehispánico y aunque no se especifica una fecha estimada en la que comenzó a prepararse se sabe que su consumo estaba relacionado con el canibalismo.
El documento antes referido señala que en la época prehispánica los nahuas consumían un platillo llamado “tlacatlaolli”, que significa “Maíz de hombre”, el cual, se considera la versión más rudimentaria del pozole, no obstante, la peculiaridad de dicha preparación es que además de maíz, se preparaba con trozos de carne humana, los cuales se obtenían de “enemigos de guerra”.
Cabe mencionar que, Rodrigo Llanes, historiador gastronómico, señala que el “tlacatlaolli” se comenzó a preparar para aprovechar la carne de los esclavos que eran ofrecidos a los dioses en sacrificios, en los cuales, se les sacaba el corazón, además, refiere que es muy probable que también se empleara la carne humana para preparar tamales para sí sacarle el máximo provecho a los cuerpos desechados.
Según explica Llanes, el comerse la carne de los enemigos de guerra era pare de un ritual del sector victorioso pues así reafirmaban su superioridad, valentía y su poderío en general, además, era evidente que no tenían una mala concepción sobre el canibalismo, pero tras la conquista española está práctica desapareció por ser consideraba una auténtica barbarie, no obstante, el plato evolucionó y se sustituyó la carne humana por cerdo o pollo y dicho plato comenzó a evolucionar hasta convertirse en lo que es ahora.
Por otra parte, también se explica que el hecho de que el pozole sea uno de los platillos más populares de septiembre tiene que ver con que es en este mes cuando se realiza la cosecha de maíz cacachuacintle, especie con el que se prepara este delicioso platillo.
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