Hernán Cortés es un personaje de la historia que no deja indiferente a nadie. Rebelde y, a menudo retratado como despiadado, comandó un pequeño ejército que, junto a aliados tlaxcaltecas y cholultecas, entre otros, logró derrotar al poderoso imperio mexica.
Tras hacerse con el poder en el territorio que se convirtió en la Nueva España, la vida de Cortés transcurrió de manera más o menos tranquila. Sin embargo, las cosas cambiaron a su muerte, al grado que durante décadas no se supo dónde se encontraban sus restos.
¿Quién fue Hernán Cortés?
Hernán Cortés, primer marqués del Valle de Oaxaca, nació en la localidad extremeña de Medellín, entonces parte del territorio regido por los reyes de Castilla. Desde joven, destacó por su inteligencia, lo que le valió posiciones importantes como escribano.
Hacia 1504 llegó al Nuevo Mundo, concretamente a la isla de La Española, en la actual República Dominicana. Junto a su concuño, Diego Velázquez de Cuéllar, se lanzó a la conquista de Cuba, siendo nombrado alcalde de Santiago de Cuba.
Sin embargo, su pariente desconfiaba de él, así que le encomendó una expedición hacia la península de Yucatán. Poco antes de ser encarcelado por Velázquez, Cortés huyó de la isla con 11 barcos, 600 soldados, 16 caballos y 14 piezas de artillería.
Gracias a estas fuerzas, venció a los pueblos originarios de Tabasco y Campeche y, de la mano de la inteligente Malintzin, logró hacerse de importantes aliados en los pueblos que sufrían el yugo del Imperio mexica.
Tras la conquista, Hernán Cortés fue nombrado capitán general del territorio entonces conocido como la Nueva España, y envió expediciones hacia Yucatán, Centroamérica y la Baja California.
Relegado por el rey Carlos V, conservó un cargo honorífico e incluso comandó una expedición a Argel. Sin embargo, su fortuna fue menguando y mientras esperaba la resolución de una reclamación hecha a la Corona española sobre mercedes y reconocimientos para él, murió en una localidad cercana a Sevilla.
¿Dónde fue enterrado Hernán Cortés?
En un principio, los restos del soldado y escribano extremeño fueron inhumados en el monasterio de San Isidoro del Campo, ubicado en Sevilla, lugar en el que esperaba la resolución de su reclamación.
Años más tarde, sus restos fueron exhumados para que descansara junto a una de sus hijas, en el templo de San Francisco en Texcoco. De allí serían trasladados al sagrario de la iglesia de San Francisco, ubicada en la actual calle Francisco I. Madero.
Tras el triunfo de la Independencia, sus restos mortales fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, en un hecho que despertó la polémica en la época, pues se le colocó junto a algunos héroes locales.
En 1821, los restos nuevamente fueron removidos, para llevarlos a la iglesia de Jesús Nazareno, ubicada en la actual calle de El Salvador, en el Centro Histórico. Por décadas se consideraron perdidos, hasta que en 1946 fue revelado que se encontraban en este sitio.
Actualmente, sus restos permanecen detrás del altar mayor de la iglesia, pero no están disponibles en exhibición al público. Solo una sobria placa indica que uno de los soldados más famosos de la historia está enterrado allí.
¿Dónde está la iglesia de Jesús Nazareno?
La pequeña parroquia, erigida durante el siglo 17 y que cuenta con la primera portada elaborada para la Catedral Metropolitana, se encuentra en la calle República de El Salvador 119, en el Centro Histórico.
De fachada e interiores sobrios, destaca, además de por ser el lugar de descanso de Hernán Cortés, por un precioso mural sobre el Apocalipsis realizado por el pintor jalisciense José Clemente Orozco.