RIVALIDAD HISTÓRICA

Benito Juárez no soportó que Maximiliano fuera más liberal que él, así surgió su enemistad

Juárez jamás quiso conocer al emperador Maximiliano, quien durante su estancia en México hizo obras en favor de los mexicanos

CULTURA

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El emperador fue rechazado por su familia por ser liberal. Créditos: Mediateca INAH

La Historia del Segundo Imperio mexicano es objeto de estudio de historiadores y amateurs que quieren comprender los motivos que llevaron a Benito Juárez a fusilar al emperador Maximiliano de Habsburgo; cualquier pensaría lo obvio que eso se hizo en favor de la soberanía nacional y de la libertad de los mexicanos quienes habían emprendido grandes luchas para lograr independencia de España, pero otros opinan que había motivos personales del presidente para despreciar al europeo quien durante su mandato tuvo férreas intenciones de conocerlo. 

Un reciente tuit trae a colación el tema, y la discusión vuelve a apoderarse de las redes sociales, donde se dividen opiniones en torno al desprecio de Juárez por Maximiliano, pues se dice que era muy liberal, incluso hay diversos estudios que analizan el interés del austriaco por el indigenismo mexicano, su interés en conservar las culturas indígenas y darles educación. Esos pensamientos considerados liberales hicieron que los conservadores que lo habían traído a gobernar México le dieran la espalda y lo dejaran a su suerte en el momento en que fue fusilado. 

¿Maximiliano era más liberal que Benito Juárez? 

Ofrecimiento de la corona a Maximiliano, pintura. Foto: Archivo Casasola

En primer lugar hay que aclarar que sí fueron los conservadores quienes invitaron a Maximiliano a gobernar México, mediante un plebiscito los capitalinos decidieron que sí querían que el emperador estuviera al frente del país, aunque sólo fue realizado entre los habitantes de la Ciudad, dejando al resto de los estados en la imposibilidad de expresar sus deseos en torno al arribo de Maximiliano y Carlota por lo que los republicanos no tardaron en manifestarse en contra del austriaco, entre ellos Benito Juárez. 

Pero con lo que no contaba el presidente oriundo de Oaxaca es que Maximiliano resultó ser más liberal que él y eso no le gustó al político mexicano, pues el heredero al trono de los Habsburgo estaba a favor de la libertad de imprenta y de culto, apoyaba la expropiación de la Iglesia y la devolución de tierras a los indígenas, introdujo una legislación laboral progresista, lo mismo que la educación, pues quería que todos los mexicanos recibieran educación básica, sólo por citar algunas de las cosas que hizo durante su estancia en México al frente del Segundo Imperio entre 1864-1867.

Maximiliano y Carlota de pie antes de su viaje a México. Foto: Especial

Estas actitudes hicieron que rápidamente perdiera el apoyo de las fuerzas que le habían traído al trono, los conservadores y la Iglesia, hasta el papá rompió las relaciones diplomáticas con el mandato de Maximiliano quien además intentó defender a su nuevo país, México, de los designios neocolonialistas franceses, por lo que fue retirado el ejército de territorio nacional y se quedó solo, a su suerte. Napoleón III le pidió embarcase con el ejército francés en retirada, pero el monarca era un hombre de honor y rechazó huir de su destino que evidentemente sería trágico. 

Maximiliano quería unirse con Benito Juárez

Maximiliano quería unir fuerzas con Benito Juárez en favor de México, le propuso integrarse en su consejo como ministro de Justicia pero se negó rotundamente, ni siquiera aceptó reunirse con él en la Ciudad de México, pues entonces estaba exiliado de la capital del país, pero sus intenciones eran buenas, al menos así quedó registrado en los libros de historia, pues en 1865 Maximiliano instituyó una política "protectora de las clases necesitadas", pues quería poner fin a los abusos cometidos contra los siete millones de indígenas mexicanos. 

Entre las cosas que implementó el emperador estuvo la creación de museos, la práctica de charrería, el estudio de las especies animales y vegetales del Bosque de Chapultepec, financió el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia y pidió la traducción al náhuatl de los decretos imperiales para garantizar que todos los mexicanos pudieran entenderlos. Esos intentos por crear unidad en el pueblo mexicano no lograron concretarse porque llegó su fusilamiento.

Maximiliano de Habsburgo, retrato. Fototeca INAH.

"Equidad en la justicia", el lema del Segundo Imperio Mexicano

La justicia y el bienestar de los mexicanos eran el eje rector de la política de Maximiliano por lo que intentó desde su arribo poner en práctica la política económica y social aprendida en Europa, haciendo gala de los conocimientos heredados familiarmente, pues pertenecía a uno de los linajes más longevos y católicos del viejo continente, por lo que el emperador restringió las horas de trabajo y abolió el trabajo de los menores, además canceló todas las deudas de los campesinos que excedían los diez pesos y restauró la propiedad común. 

Su interés por la vida de los indígenas en las haciendas fue notorio, pues algunos eran sometidos a un amo que podía castigarlos con prisión o torturas con hierro o látigo, por lo que prohibió esa clase de actos de violencia contra los nacionales y Carlota organizaba fiestas de beneficencia nacional a fin de obtener fondos para la construcción de cosas para pobres.

Los ideales liberales de Maximiliano de Habsburgo lo llevaron a impulsar la Ley de Instrucción Pública del 27 de diciembre de 1865, dada a conocer en El Diario del Imperio el 15 de enero de 1866, en la que se señalaba lo que serían las diferentes clases de instrucción que se impartirían en el Imperio: instrucción primaria, secundaria, superior de facultades y de estudios especiales, dejando claro la importancia que tenía para él la educación indígena e impartida para todos los mexicanos.

Fusilamiento de Maximiliano, Miramón y Mejía. Fototeca INAH

Juárez reprimió una revuelta indígena

Sobre la figura de Benito Juárez denostan muchas cosas, se dice que fue autoritario, que había sufrido racismo por ser el primer presidente indígena mexicano, que tenía un complejo por haber crecido en un entorno de pobreza, pero lo que sí han podido comprobar historiadores es que durante su etapa como gobernador de Oaxaca reprimió una revuelta indígena. 

Aunque Juárez instauró las bases del estado mexicano, en 1847, pobladores de Juchitán protestaron por el control de un yacimiento de sal, Juárez optó por respaldar la resolución de un juez que los desfavorecía, pues hay que recordar que era abogado y respaldaba el dictamen de la Ley. El gobernador fue acusado de incendiar casas de los indígenas para reprimir la protesta.

 "No se les está atacando por ser indígenas, sino que están violando una orden judicial", dijo el entonces gobernador.

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