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“Ahí viene el lobo”: David Martín del Campo alude a recuerdos prohibidos en su nueva novela

Se presenta hoy en la Librería Rosario Castellanos del FCE. La cita es en Tamaulipas 202, col. Condesa, a las 19:00 horas

CULTURA

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Junto con el autor estarán el escritor Eduardo Casar y el periodista Andrés RuizCréditos: Antonio Nava

Cuando David Martín del Campo (Ciudad de México, 1952) era niño, frente a su casa, en la colonia Irrigación, vivía una familia de alemanes. Los dos hijos menores eran sus amigos de aventuras; un día, mientras los padres no estaban, le enseñaron al pequeño David un secreto: “del último cajón de la casa sacaron una caja y me enseñan una cruz gamada: el padre era un héroe de guerra de los nazis”, cuenta.

Aquella anécdota se quedó en la mente del escritor y periodista, y varios años después se convirtió en ingrediente inicial de “Ahí viene el lobo” (FCE, 2023), novela que suma un germen más: la intención primera de convertirse en fotógrafo: “Tomé unos cuatro cursos de fotografía, entre la facultad y la Libre, estudié en el CUEC fotografía; cuando se fundó el Unomásuno, el día que conocí a Becerra Acosta, yo entendía que él sabía que yo iba a ser fotógrafo”.

Una noticia sacude la vida de su personaje Axel Moritz: el 13 de septiembre de 2003, la empresa Kodak anuncia el cierre de su planta y abre, completamente, el camino a la era digital. Apodado “el Hasel”, por la fascinación que le provocaban las cámaras Hasselblad, Moritz inicia así un viaje al pasado, a esos “recuerdos prohibidos” que lo revelan, como a su vecino de la infancia, como un héroe de guerra nazi llegado a México para “redimirse”.

“Lo que necesita él es una redención, la novela es su redención. Al principio parece que es una simple superación de crisis, pero no, el libro casi arranca con el suicidio de su mujer, entonces el lector dice ‘¿por qué?’ y conforme avanzamos viene esta redención, él reflexionando sobre su vida, conversando con el perro, quien le dice: ‘tú bien sabes’, al final es un problema de impostura y conforme avanza vemos los recuerdos: la novela trata de los recuerdos prohibidos de los derrotados en la guerra, no de los ganadores”, explica.

Martín del Campo venía de escribir una historia dura, en esta quiso divertirse y el humor juega un papel fundamental; además, a lo largo de las páginas se agolpan anécdotas y personajes de la vida cultural, política y social mexicana de la segunda mitad del siglo XX, situaciones que el mismo escritor oyó o presenció: “Platico dos o tres anécdotas más o menos duras de gente que he conocido, de una charla en la cena de Díaz Ordaz, dos días antes del 2 de octubre, cuando yo supe lo que se platicó esa noche y lo que él había decidido, por ejemplo”.

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