La obra en diálogo de la fotógrafa Taeko Nomiya, del escultor Otto y del experimentado artista Pedro Friedeberg, conformaron la exposición "Fronteras invisibles", con la que la Galería Consigna se unió a la Semana del Arte, del 9 al 12 de febrero pasado.
De acuerdo con Diego Maysee, uno de los fundadores de Consigna, la muestra adquirió nombre después de conversar con los artistas, quienes coincidieron con que su obra dialoga en espacios físicos y culturales similares, "demostrando que el arte no tiene fronteras”.
En la exposición, Taeko Nomiya propuso una reinterpretación del espacio físico e interno mediante la lente de su cámara, donde la invisibilidad refleja las ventanas que se abren al interior y exterior de los espacios habitados.
En tanto, Otto reflexionó sobre su propia individualidad con un sesgo cultural, geopolítico y personal, donde la ruptura viene del interior, “de un refugio donde la escultura contemporánea y la monocromía se encuentran, donde el artista supera al arquitecto, donde reasume el caos de la ciudad y re-habita el espacio a través de creaciones geométricas”.
“La obra que vemos de Taeko y Otto en la exposición fue moldeada por la biculturalidad, en el caso de ella, una joven nacida en México con padres originarios de Japón; y en el caso de él, un mexicano que estudia en Estados Unidos, una situación que además de forjar su identidad, los llevó a reflexionar sobre la dualidad de los lugares que habitan”, contó.
Sobre la obra que se mostró el artista mexicano Pedro Friedeberg, explicó, se exhibieron una serie de gráficas, que, junto con la obra de los artistas Taeko y Otto, complementaron muy bien la idea de la dualidad, la biculturalidad y este desvanecimiento de las fronteras.
Fronteras Invisibles, fue curada por Diego Maysee y la museógrafa María Fernanda Arteaga, quienes seleccionaron 30 obras de los tres artistas participantes
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