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CÚPULA

Del México antiguo al moderno: la evolución de una lecto-escritura indígena

El resurgimiento de la escritura en lenguas indígenas se dio en México a finales del siglo pasado

CULTURA

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EJEMPLO. La soprano María Reyna es defensora de las lenguas maternas. Su repertorio es en varios idiomas como el zapoteco y mixteco.Créditos: cortesía Diego Huerta

En México, la existencia de una tradición de lecto-escritura indígena sistematizada puede situarse al lado de la hegemonía mexica en el territorio mesoamericano, quienes paulatinamente instauraron el náhuatl como un idioma “oficial”, resultado del dominio político que fueron obteniendo desde su instalación definitiva en el centro de México, en 1325, hasta la pérdida de su dominio en 1521, a manos de los conquistadores —y de los propios indígenas— liderados por Hernán Cortés. Esta tradición de lecto-escritura indígena estaba cimentada en la interpretación de glifos o símbolos que sólo podían ser leídos por un sector de la nobleza indígena, a quienes desde adolescentes se les instruía en determinados centros de aprendizaje a partir de relatos históricos orales que constantemente eran relacionados con ciertos sonidos o expresiones identificados particularmente con tales glifos. De esta manera, este sistema de símbolos servía, antes que nada, como un recordatorio que evocaba, de forma instantánea, la historia de las localidades que el Estado mexica previamente había construido y difundido en sus centros de enseñanza. Por lo anterior, es preciso enfatizar que, en el México prehispánico, un glifo o pictograma remite, antes que nada, a un sonido y no necesariamente a un significado simbólico.

(Créditos: Cortesía)

Con la Conquista, la tradición de lecto-escritura glífica indígena cimentada en la oralidad cambió repentinamente a una tradición de lecto-escritura basada en la reproducción de expresiones indígenas del territorio mexicano pero con caracteres latinos. En varios casos, estos documentos fueron resultado de la transcripción de manuscritos pictográficos prehispánicos que sobrevivieron a su destrucción, y que en ocasiones fueron interpretados y trasladados a su vez en caracteres latinos, ya sea en lengua náhuatl o en español. Asimismo, otra parte considerable de estos documentos proviene de relatos orales de “informantes” indígenas, los cuales fueron recopilados por los frailes de las órdenes religiosas que arribaron a la Nueva España inmediatamente después de la caída de México-Tenochtitlan.

(Créditos: El Heraldo de México)

Los conquistadores españoles, para facilitar las actividades administrativas de la Colonia, permitieron el uso de documentos escritos en lengua indígena con caracteres latinos en los pueblos y comunidades de la Nueva España y en este proceso podemos observar que la lengua náhuatl preservó la hegemonía que tenía antes de la Conquista, pues aunque se desarrolló una ortografía para otras lenguas originarias muchas comunidades utilizaron el náhuatl para escribir documentos petitorios o judiciales, sobre todo en aquellas regiones donde no se desarrollaron tradiciones locales de escritura. Por tanto, el náhuatl siguió siendo un elemento importante de comunicación y en ello hay que destacar su papel mediador entre la Corona y diversas comunidades que no eran hablantes de ésta lengua. En ciertos archivos del estado de Oaxaca es posible ver que una gran cantidad de documentos escritos en zapoteco, chocholteco, mazateco o chinanteco van acompañados de pequeños resúmenes en náhuatl para identificar el tipo de documento ante algún trámite administrativo. Esto nos refiere que en ciertas comunidades no-nahuas había por lo menos un escribano oficial de la comunidad que conocía la lengua náhuatl, instaurándose con ello una tradición laica administrativa en los pueblos indígenas del mundo novohispano, tradición que nos refleja un dinamismo activo y altamente creativo para negociar con las autoridades coloniales el derecho de territorio y de expresión cultural. De ahí que el amplio corpus documental existente en esta lengua no sea exclusivo del Altiplano central sino también de muchas otras regiones en donde la lengua originaria no era el náhuatl.

Esta tradición termina repentinamente entre 1821 y 1824. ¿Qué nos dice esto? Que fue la Independencia de México la que puso fin a las tradiciones de lecto-escritura que habían sido altamente exitosas en las comunidades indígenas del periodo novohispano. En el México independiente ya no se aceptaron este tipo de documentos lo que nos indica que las lenguas indígenas ya no tuvieron lugar dentro del entonces nuevo sistema administrativo.

EDICIONES. Libros con diversidad lingüística. (Créditos: Cuartoscuro)

El resurgimiento de la escritura en lenguas indígenas se dio en México a partir de tres acontecimientos suscitados a finales del siglo pasado. La conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América, en 1992, cuyo acto en sí sirvió para reivindicar el valor del indigenismo; la fundación de ELIAC (Escritores en Lenguas Indígenas A. C.), acaecida en 1993 en Texcoco, por ser la tierra de Nezahualcóyotl, movimiento cultural independiente que convocó y reunió a indígenas provenientes de diversos pueblos originarios para comenzar un nuevo proyecto de lecto-escritura autóctona; y, finalmente, el surgimiento del EZLN en 1994. Estos acontecimientos darán como resultado la inclusión de las letras indígenas en la agenda cultural del país, creándose así una nueva generación de escritores en lenguas originarias que a la fecha sigue trasladándonos una visión muy particular de la cosmogonía del México antiguo.

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