CÚPULA

Aquiles Lázaro: multitud

El álbum recopila la música para piano del compositor poblano, ejecutada por Diego Sánchez-Villa

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TALENTO. El material está disponible en plataformas digitales.Créditos: José Pita y cortesía

Desde hace unas semanas se encuentra disponible, en las diversas plataformas online, el disco Multitud (Tempus clásico, 2023), un álbum monográfico que recopila la música para piano de Aquiles Lázaro (Puebla, 1989), ejecutada aquí por el pianista Diego Sánchez-Villa.

Ambos son dos de los artistas jóvenes a quienes el público de la música mexicana debería ya estar siguiendo. Y este proyecto conjunto es un retrato muy adecuado del que, de no ser por la conciencia explícita de que se trata de una sola muestra de desarrollo personal, podría decirse es el manifiesto que representa el pensamiento estético y musical de ambos. Sí lo es, pero digamos que es un work in progress.

A Aquiles lo escuché por primera vez como estudiante de la Cátedra Arturo Márquez, venía de estudiar con el compositor Leonardo Coral y se encontraba en ese punto catalizador en el que algunos jóvenes —como me dijo él entonces— comienzan a definir su voz propia, su lenguaje particular: “Estaba en el clímax de las búsquedas”. Poco después ganó un concurso con una de mis piezas favoritas de su catálogo, el premiado cuarteto de cuerdas Cardo, y lo que ha seguido no deja nunca de sorprenderme.

Ha mantenido cualidades técnicas que desde el primer día le reconocí: balance, sentido de la forma y la proporción, y un rigor exquisito para plasmar sus intenciones discursivas, de las que siempre es consciente independientemente del camino que tome o explore para desarrollarlas. Con él se siente uno siempre en la seguridad de que lo que se escucha es lo que él quería que escucháramos; con él, aun en la exploración, no hay ambigüedades.

(Créditos: José Pita y cortesía)

Pero también es un creador muy crítico con su propio trabajo, y con las maneras e ideas que va dejando atrás. Ése es uno de los manifiestos del monográfico: aunque Aquiles tiene más de diez años escribiendo para el piano, y el disco se presente como la compilación de su música para ese instrumento, se ha encargado de dejar por escrito en sus tan personales ensayos que acompañan el librillo, que únicamente nos dejará explorar lo que él, en este momento, cree que vale enumerar en esa lista. Y que al final sólo es la de los últimos cinco años. Sugiero lo guardemos con recelo, por si decide dentro de cinco más quitar alguna.

Todas las piezas incluidas son amplias, en cualquier sentido que le busquemos a la palabra: el tiempo, el espacio, los registros, la intensidad sonora, la búsqueda, la percepción, el silencio y las distancias. Aquiles se ha dado la oportunidad de expresarse sin límites y lo que ofrece, aun cuando se trata de un ejercicio en respuesta a otro, es un contenido que satisface acompañar. Y de hacerlo, como sugiere su proceso, reposadamente; y con mucha consciencia de su poética de ruptura.

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