Bajo el pensamiento que indica que el individuo siempre juega con la dualidad de lo vivido y lo habitado, tanto en lo físico y como lo espiritual, nace Fronteras invisibles, una exposición que explora el trabajo de los artistas Taeko Nomiya y Otto, una muestra que habita la sensibilidad y creación artística.
Fronteras invisibles, bajo la curaduría del artista mexicano Pedro Friedeberg, exhibe 30 obras del artista mexicano y la creadora de origen japonés, quienes habitan una travesía artística donde se expone una dualidad de nacionalidades como una estimulación de lo sensorial.
“Si lo visible es lo que los sentidos son capaces de percibir, la sensibilidad surge la experiencia y la creación artística, elementos que construyen el carácter individual”, se lee en el comunicado.
Nacida en México de padres japoneses, Taeko desarrolla en su arte una percepción inusual del mundo que la rodea, donde la doble exposición es una herramienta descriptiva de su doble dualidad cultural, donde la invisibilidad abre ventanas a reinterpretaciones del espacio físico y del espacio interno.
“Nos encontramos en cada lugar que visitamos, en cada persona que conocemos hay siempre un subtexto que no es evidente a los ojos pero que resulta indispensable para poder descifrar lo que tenemos enfrente”, manifestó Nomiya.
Por otra parte, "Otto va más allá de los dominios y convenciones de las artes plásticas en lo que refiere al color, la forma, la estructura, el balance, la claridad, el equilibrio y la geometría, en sus palabras,, una práctica que explora los límites del Arte Moderno y la Escultura Contemporánea", se lee en el comunicado.
"Fronteras invisibles", exposición curada por el artista Pedro Friedeberg, muestra un discurso que rompe con el espacio a través del desarrollo de discursos que convergen en el pensamiento de quien observa y cuestiona el origen de la obra.
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