LIBROS

"Los demonios", el gran proyecto literario de Tryno Maldonado

El escritor zacatecano, radicado en Oaxaca desde hace 16 años, entrega una obra de ficción monumental, en tres volúmenes, sobre las injusticias de la minería en México

CULTURA

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Desde 2006, cuando Maldonado hizo “trabajo de campo al interior de una mina de oro y plata"Créditos: Especial

“Este es mi gran proyecto literario”, dice Tryno Maldonado (Zacatecas, 1977) sobre “Los demonios”, el ambicioso último libro que le ha costado casi diez años completar. El autor ha bajado literalmente a los infiernos para contar una historia de injusticia y terror en una mina de Oaxaca: el resultado han sido tres entregas —que suman más de mil 500 páginas— y una grata experiencia de autogestión y libertad editorial.  

Desde 2006, cuando Maldonado hizo “trabajo de campo al interior de una mina de oro y plata, y estuve ahí unas semanas viendo cómo es la organización y las condiciones en las que trabajan los mineros”, intuyó que era una historia importante. “En ese momento había publicado un libro de relatos, pero no me sentía con la capacidad de aprovechar el tema, tenía el trabajo de investigación que sentía muy valioso y novedoso, pero no quería desperdiciarlo y me lo fui guardando”, cuenta.

En 2015 publicó “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos” y “Los demonios” seguía creciendo como “por goteo, en silencio, de a poquito”. Ese ritmo provocó el desbordamiento del texto y Tryno no quiso detenerlo: “Decidí llevarlo hasta sus últimas consecuencias, hasta donde me diera mi prosa, y ahí tomé la decisión de que adquiriera la forma de una novela monumental, ya sin preocupaciones por las limitaciones comerciales de las editoriales multinacionales”.

La novela de Maldonado avanza hacia el interior de la tierra Foto: Especial 

“Los demonios” está integrado por seis libros —dos en cada volumen—; en el primero aparecen El viaje y La noche; el volumen 2 incluye El infierno y La palabra, y el 3: La ira y La tormenta. La historia de Maldonado avanza con la voz narradora de un médico, quien va descubriendo la degradación humana que produce la explotación minera: se trata, explica, de “una novela Frankensteiniana o gótica”, en el sentido de que “estaban construidas de los despojos del sistema capitalista”.

“El propio Frankenstein es una metáfora de esa construcción a partir de los cuerpos que despoja el sistema, los que no le sirven, o a los que ocupa, explota y una vez que ya no le son útiles son desechados”, dice. En “Los demonios”, los hombres también han dejado de ser hombres para convertirse en herramientas: “En la minería en México sucede que la tecnología que se emplea puede ser de Formula 1 o espacial, pero las condiciones en las que trabajan los seres humanos son idénticas a las que se usaban en el siglo XVIII”.

La novela de Maldonado avanza hacia el interior de la tierra, como penetrando a una mina, pero no sólo con la idea de ambientar el escenario, sino de que el lector acompañe a los personajes por esa atmósfera oscura, pesada, húmeda, que los va acabando. “Muchos de los personajes no tienen alternativa; una vez que entran a ese abismo, a esa anti-Babel, a la mina que se lo come todo, que lo devora todo, su vida ya no tiene vuelta de hoja, tanto por las condiciones en las que los enganchan los contratistas, o por las tiendas de raya que operan (como en el siglo XIX), pero ahora en una forma de créditos a los que los trabajadores están encadenados”.

El distinto carácter de los trabajadores en ese ambiente agreste que les endurece el cuero y el corazón, el abuso de los superiores y de la compañía contratadora que ve al minero como fuerza desechable, pero también el temperamento social oaxaqueño y la cosmogonía propia de la región, van delineando esta especie de nueva versión del Congo belga, que describió Joseph Conrad.

“El corazón de las tinieblas”, de hecho, fue una referencia para Maldonado, pero él intentó ir más allá con el lenguaje, nombrando cada cosa por su nombre: la terminología técnica de la mina, la flora y la fauna del lugar, el caló de los mineros. “Conrad llega a vislumbrar su tema: la condición colonial, pero se queda corto al no poder nombrarla, al no tener las palabras para describir lo nuevo de la condición colonial y se queda con describirlo como el horror”.

“En mi novela no es el horror, se le nombra con las nuevas palabras, los nuevos conceptos, las nuevas plantas, el nuevo entorno del interior de la mina, que te obliga a tener un glosario muy particular, y eso no para volver más complicada la novela, sino por entregarle a los lectores también en el lenguaje cierta complejidad, cierta novedad o recompensas, incluso, como lector, quise darle al lector estos hallazgos”.

Para escribir el libro, Tryno se ha doblado las mangas de la camisa y manchado las suelas de los zapatos: incluso la noción del tiempo en su historia, la ha concebido en espiral. “En vez de usar la noción europea del tiempo lineal, la espiral juega un papel importante en la estructura de la novela a largo plazo, pero también tiene consecuencias en la trama, en la estructura”.

Maldonado logró más de lo que esperaba y así pudo hacer frente a la subida de los precios de los materiales Foto: Especial 

Los dedos con pegamento 

Para el gran proyecto literario de su vida, Tryno Maldonado también se manchó de pegamento los dedos. Él mismo se encargó de trabajar en la encuadernación de los primeros ejemplares de “Los demonios”, aquellos que fueron entregados a los lectores que financiaron la edición. Desde que su libro crecía y crecía, supo que ninguna editorial comercial estaría dispuesta a publicarlo.

Entonces “decidí llevarlo por mi cuenta, por mi cauce, porque para mí tiene esa importancia de ser mi proyecto literario más ambicioso y quería que saliera intacto, o por lo menos cómo yo quería”. El escritor sabía de la fondeadora Kickstarter y decidió lanzar el anzuelo: “Lancé la campaña como una botella con un mensaje al mar; la sorpresa fue muy grande cuando los lectores respondieron en un trato directo con el autor, ya sin las intermediaciones de las editoriales”.

Maldonado logró más de lo que esperaba y así pudo hacer frente a la subida de los precios de los materiales y mejorar el papel y el empastado. “Al final de cuentas lo hice por libertad, no como un acto de rebeldía o por renegar del medio editorial, que respeto mucho, pero gané mucha libertad y tranquilidad: pude tomar decisiones del papel, las portadas, la tipografía y no cercenar 500 páginas como alguien me surgiría”.

Una vez cumplido el trato con los fondeadores, “Los demonios” está ahora entrando a una nueva fase comercial y se vende en exclusiva por Amazon. El volumen 1 está disponible tanto en versión digital como física, en pasta dura y blanda, mientras que los volúmenes 2 y 3 pueden adquirirse a partir del 21 de marzo próximo. “Todavía no me creo que haya sucedido”, remata Maldonado.

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