ARTES

Intercambio epistolar de Juan Soriano a Jorge López Páez

Un conjunto de 87 cartas enviadas por el artista al escritor, serán donadas al MUAC en el centenario del natalicio del autor veracruzano

CULTURA

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Un conjunto de 87 cartas enviadas por el artista al escritor, serán donadas al MUAC en el centenario del natalicio del autor veracruzano Créditos: Foto: Leslie Pérez

Una ventana al juego, la imaginación y el deseo de una generación, pero también “un capítulo muy importante de la historia de las relaciones entre arte y literatura en México” representan las 87 cartas que el escritor Jorge López Páez (1922-2017) recibió del artista Juan Soriano (1920-2006), desde ciudades como París y Roma. Reservadas hasta ahora al espacio privado, las misivas serán incorporadas al acervo del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) con motivo del centenario del natalicio del escritor veracruzano.

“Jorge siempre me dijo que todo lo que había logrado como escritor se lo debía a la Universidad, ahí hizo primero su carrera en Leyes, se recibió y paralelamente hizo también carrera en la Facultad de Filosofía y Letras, donde se quedó dando clases más de 30 años”, cuenta Víctor Balvanera, albacea y amigo del autor, quien ha decidido la donación de las cartas al museo, y de la Medalla del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura, que el autor recibió en 2008, a la FFyL.

El contacto con la UNAM inició con el escritor Vicente Quirarte y una vez que se informó a cada instancia de las intenciones de donación, el curador en jefe del MUAC, Cuauhtémoc Medina asistió a la casa donde López Páez pasó sus últimos años, para conocer la colección. Como si de una galería se tratara, las cartas fueron enmarcadas y distribuidas por el propio escritor en todos los muros de su casa: desde el baño, a la biblioteca o la recamara.

Medina afirma que se trata de un gesto disidente, que busca una salida pública a lo que la “estrechez mental de la sociedad mexicana” no permite mostrar. Las hojas, marcadas por los dobleces, a veces también tarjetas o pequeños fragmentos de papel, revelan un intercambio íntimo, lascivo, burlón, en el que siempre resalta el trazo característico de Soriano junto a una letra garabateada que advierte frases como: “El que busca encuentra”.

“La obra de Soriano, en una variedad de momentos bien leída puede sugerir su orientación sexual, pero los dibujos que enviaba a través de sus cartas y su obra privada era muy radical y una celebración del deseo”, dice el curador. En el medio intelectual, la galería de trazos que López Páez recibió de Soriano eran más o menos conocidos, de ahí que Medina afirma que la distribución en los muros de su propia casa, también fue un acto intencionado.

“El hecho de que López Páez las colocó como parte de un decorado, que fue más o menos público y que emergió constantemente en los relatos sobre su colección y su departamente, incrementa aún más su importancia; precisamente es una pared que está en el intermedio entre el secreto absoluto y una relación entrañable y hoy en día la importancia que tiene la orientación de género en la producción artística hace que sean obras que se van a ver como un antecedente y un referente histórico de una posibilidad de libertad y de apertura”, agrega.

Debido a su interés público, en la intimidad, el Comité de Adquisiciones del MUAC ha decidido conservar no sólo el enmarcado que López Páez eligió para las cartas, sino también la distribución que les asignó. “López Páez las enmarcó para crear virtualmente una instalación que estuvo constantemente en su departamento, históricamente son un conjunto que está en este territorio de ambivalencia, saliendo del espacio puramente personal”. La llegada física de las cartas al MUAC se realizará en los próximos días; su exhibición, en tanto, deberá esperar a que el Comité de exposiciones del museo la programe para el siguiente año. 

FOTOS: LESLIE PÉREZ

MAAZ