LIBROS

“La reinita pop no ha muerto”, novela que delata el Monterrey real y el no real

Escrita por la neolonesa Criseida Santos Guevara, la novela habla de una generación: la nacida en los 70 y que se convirtió en adolescente en los 90

CULTURA

·
La frontera y Monterrey han sido el motor de la literatura de Criseida.Créditos: Especial

Cuando el actual gobernador de Nuevo León, Samuel García, declaró: “En el norte trabajamos, en el centro administran y en el sur descansan”, desató las críticas. 

Esa automitificación regiomontana, dice la escritora Criseida Santos Guevara (Doctor Arroyo, Nuevo león, 1978), “se da a partir de la industrialización de Monterrey, en el siglo XIX, que fomentó una especie de vanidad en torno a la pujanza, a la productividad”.

“A mí me da un poco de risa que todavía, sumidos en crisis sanitarias y económicas, persista este discurso, es como pensar que no se pertenece a la dinámica nacional por un lado, y a la global por el otro”. Santos Guevara pone sobre la mesa de discusión el “ensimismamiento” regiomontano, “que se mira a sí mismo y se autoreferencia, y pocas veces se da la oportunidad de mirarse desde afuera como parte del engranaje”, con su novela “La reinita pop no ha muerto” (Random House, 2022).

Ganadora en 2013 del Premio Literal de Novela Breve, se trata de un libreto lleno de humor, dinámico, de solo 100 páginas, en las que Santos cuenta la historia de Lupe y su enamoramiento de Inés, mientras “salta” de Monterrey a Houston. Llena de referencias musicales, es también una remembranza de toda una generación: la nacida a finales de los 70 y que en los 90 llegó a la adolescencia.

Una ciudad inventada

"La reinita pop…" es además la descripción del desánimo que esa generación sintió al comenzar el nuevo milenio, el desencanto que dejó despertar a la realidad y verse en medio de la violencia que acarreó la “la guerra contra el narco” y la escasa esperanza de encontrar un lugar en el mundo, más aún viviendo en Monterrey, esa tierra "aburbujada, que es como si se tratara de una ciudad inventada".

“Es un libro que empecé a escribir por ahí de 2010, justo cuando estaba en pleno auge el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo, y además, cuando nos tocó en Monterrey despertar a la realidad con lo que llamaron “la guerra del narco”, la que hizo (Felipe) Calderón. Esos fueron los ingredientes de esta novela, y vaya, 10, 12 años después seguimos en la misma discusión”, dice.

Monterrey es el principal escenario de la novela, pero también Texas, al otro lado de la frontera, a donde Lupe decide ir tras los pasos de Inés. Esos saltos de un lado a otro (ella los llama de frontera) son al mismo tiempo metafóricos sobre el ánimo de Lupe y muchos a su alrededor: “Son cambios le tocaron a toda una generación: de lo análogo a lo digital, de los no derechos a los si derechos, de la abismal diferencia en el poder adquisitivo que empezó a existir gracias al Tratado de Libre Comercio”.

Monterrey es el principal escenario de la novela. Foto: Especial

A través de la música

Los talk shows de Cristina por Univisión, el rap de Eminen, pero también las canciones de Juan Gabriel, Los cadetes de Linares y los Tigres del Norte, están referenciados en la novela, que al mismo tiempo propone una banda sonora: “Uno de los lenguajes que compartimos todo el mundo es el de la música, a través de la música nos hemos educado sentimentalmente y a veces resume cómo nos sentimos, resume toda una explicación”.

“Me parece muy interesante que la literatura, la palabra escrita conviva con esa clase de apuntadores, ¿cómo resumo mi sentir?, tal emoción con Elvis Presley o con Eminen, ese lenguaje común no lo brinda la música y lo podemos entender de una manera más rápida, yo en este caso quería resumir, pero también no perder mucho tiempo describiendo emociones y cuestiones si ya teníamos un lenguaje preestablecido, y que es un lenguaje de la actualidad”, dice.

La frontera y Monterrey han sido el motor de la literatura de Criseida, en 2008 obtuvo mención honorífica del Premio Nacional de Novela Joven Frontera de Palabras y sus textos han sido incluidos en antologías como “Monterrey 24”, “Las reina somos gente normal” y “Te guardé una bala”. En ese interés, dice, “me gustaría pensar que mi novela señala una problemática muy específica de Monterrey”.

Ganadora en 2013 del Premio Literal de Novela Breve, se trata de un librito lleno de humor. Foto: Especial

“Pero también de otros lugares de México y del mundo, porque los problemas que puede tener Monterrey son problemas de orden mundial”, dice. En todo caso, Criseida distingue “un Monterrey real y el no real”, una ciudad que vive “como en una burbuja” y que le sirve para contrastar el idilio que culturalmente, los regiomontanos parecen haber construido.

“Un Monterrey idílico que tenemos o seguimos teniendo, no sé si es pasado o presente, pero antes del conflicto del narcotráfico si era muy marcado este Monterrey idílico, en donde había un montón de recursos no solo naturales, sino económicos, culturales, era una de las ciudades más seguras y aptas para vivir y habitar, al menos eso era lo que se decía en las revistas que les encanta jerarquizar, el mejor lugar para trabajar, Monterrey salía muy bien calificado siempre”, estima.

Esa condición -agrega-, "la sentías: caminábamos con tranquilidad por las noches, teníamos una vida nocturna muy activa, los lugares de 24 horas estaban a la orden del día, y a partir de este conflicto, con el narcotráfico, no solamente nos vino a cuestionar, sino que nos vino a poner en evidencia que ese Monterrey idílico no existía".

alg

Sigue leyendo

Inicia gira la Orquesta Sinfónica Infantil de México en Michoacán

Contradanza ofrece cuatro estrenos mundiales que indagan la relación del cuerpo con el mundo sonoro

Regresan a México 428 bienes arqueológicos decomisados en EU