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Mente Mujer: Mónica Hernández presenta "La cofradía de la viudas", una novela histórica que cuenta la historia de las impresoras novohispanas

La escritora Mónica Hernández cuenta en su novela "La cofradía de las viudas", la alianza que formaron las impresoras novohispanas para sobrevivir

CULTURA

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Su novela es un thriller históricoCréditos: Cortesía

En la Nueva España las mujeres no podían heredar: “Primero dependían del padre, después del marido --incluso después de muerto--, luego del hijo o del primo, del hermano o del confesor si no había otro hombre”, dijo la escritora Mónica Hernández. Si el esposo fallecía, podían hacerse cargo de los negocios hasta que los hijos cumplían la mayoría de edad, o quizás por más tiempo.

Así pasó por lo menos con una veintena de mujeres que siguieron a cargo, por casi 300 años, de las imprentas novohispanas. “En una época en la que las mujeres no podían hablar, aunque podían mirar y podían pensar, encontraron una manera de, sin hacer ruido, sin romper nada, mantener el negocio de la impresión en México durante tres siglos, y 500 años después sabemos de ellas”, agregó.

“En México, por la Viuda de Bernardo de Calderón, año de 1681”, se lee en cada uno de los impresos novohispanos que han sobrevivido. El nombre cambiaba de acuerdo con el exmarido, pero ellas seguían siendo anónimas hasta cierto punto. Hernández se ha aventurado a contar una historia desconocida, tratando de sacar a la luz la identidad de algunas de las impresoras más destacadas de la Colonia.

Su novela “La cofradía de las viudas” (Martínez Roca, 2022) es un thriller histórico en el que imagina la existencia de una asociación secreta de impresoras, que, sólo a través de una alianza, logra hacer frente a la censura de la Santa Inquisición y al avasallante machismo novohispano.

“Debió ser una época muy restrictiva, sin embargo, tanto Gerónima de Gutierrez, viuda de Juan Pablos, como Paula de Benavides, viuda de Calderón, ambas mantuvieron el monopolio de la impresión de cartillas, que es lo que usaban los religiosos para enseñar a leer a los naturales, a los niños y a las niños en los conventos, y también del secreto del Santo Oficio, que eran todos los documentos internos y oficiales”, dijo.

La de Hernández es una historia de empatía entre mujeres; la también escritora de “Las perlas malditas del almirante”, dice que sólo uniéndose, las impresoras debieron haber sorteado el ambiente adverso de una época oscura para las mujeres.

“Algo tuvieron que hacer, se dieron sus mañas, encontraron una forma para protegerse entre ellas y es lo que yo quería contar, cómo entre las mujeres, por interés común, se pueden asociar sin ser íntimas amigas, pero en beneficio de todas, no en un feminismo desde lo trágico, sino desde lo práctico”.

Panegiricos, elegías, misales, poemas, documentos oficiales, todo tipo de avisos, eran impresos en los locales de las viudas, quienes debían combinar el trabajo con el de ser madres y llevar una casa, además de enfrentar el machismo. Las impresoras no sólo sobrevivieron sino que llevaron de manera exitosa los negocios: “En 1660 cuando Paula se queda la imprenta, imprimía un libro por año, al final de su vida imprimía 70 libros por año, además imprimió las primeras gacetas, es decir, los primeros periódicos los hicieron ellas”.

“Llevaban sus casas, se enfrentaban a los hombres y a la censura, manejaban un comercio, y había muchos, la de estas mujeres es una historia que explica, además, que en México sigamos teniendo imprentas y se haya desarrollado tanto la imprenta en la Colonia”, remata Hernández.

ELEMENTOS

  • Del siglo XVI al XVIII, las mujeres se fueron haciendo cargo de las imprentas al enviudar.
  • A la par del trabajo en los talleres, combinaban el de ser madres y amas de casa.
  • Mantuvieron el monopolio de los impresos que usaba la iglesia y la Santa Inquisición.
  • Entre las impresoras más destacadas están Gerónima de Gutierrez y Paula de Benavides.
  • También Brígida de Maldonado, María de Sansoric, Catalina del Valle y María de Espinosa.
  • Otras mujeres impresoras fueron Ana de Herrera, Feliciana Ruiz y Juana de León y Mesa.

NÚMEROS

  • 1343 impresos realizaron 14 impresoras durante tres siglos.
  • 43 años se mantuvo activa como impresora Paula de Benavides.
  • 6 hijos tuvo y murió a los 84 años en la Ciudad de México.

FRASE

"No necesitaron volverse a casar, ni vender sus cosas para mantenerse, les fue bien, Paula de Benavides fundó una dinastía de impresores de más de 200 años", Mónica Hernández.

CAR