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Varsovia y su escuela mexicana, la Primaria no. 85 Benito Juárez

Desde 1948, la capital polaca cuenta con una escuela primaria que lleva el nombre de Benito Juárez; enseña el valor de la cultura nacional

CULTURA

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La institución realiza ceremonias y acciones con temas mexicanosCréditos: Cortesía

Con gran entusiasmo, un grupo de niños canta La bamba. El acento delata que el español no es su lengua materna. Aún con más dificultad, pero siempre con emoción, de sus gargantas salen ahora los versos de México lindo y querido. Las chicas van vestidas con faldas tricolor y ellos llevan sencillos zarapes a rayas junto a amplios sombreros que recuerdan a los revolucionarios mexicanos. El cuadro musical forma parte de las variadas actividades artísticas que se llevan a cabo en las escuelas, pero esta vez no sucede en un salón de clases del territorio nacional, ni siquiera del mismo continente. La escena sucede al otro lado del mundo, a más de 19 horas de vuelo de México, en una escuela de Varsovia, la capital de Polonia, en la Europa oriental.

Ahí, en esa añeja y poblada ciudad (de alrededor de un millón 745 mil habitantes), célebre por su majestuosa arquitectura, existe desde hace más de 70 años un espacio vital que diariamente recuerda a México: se trata de la Escuela Primaria no. 85 Benito Juárez de Varsovia, institución educativa de carácter público, que atiende a 663 alumnos y que, desde 1948, lleva el nombre del Benemérito de las Américas.  

Al entrar a la escuela, dice su director Marcin Jarkiewicz, “levantamos levemente la cabeza y vemos (sobre una placa) el mensaje de Juárez que conocen todos los mexicanos: ‘Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’”. A un costado, aguarda “un retrato suyo muy grande”, recibido por la escuela en agosto de 1949 y donde se “muestra la fuerza de este maravilloso héroe”.

Pero el nombre del prócer mexicano busca ser más que sólo una manera de designar a la institución y se ha convertido en sinónimo de la saludable relación de amistad que existe entre México y Polonia, vínculo diplomático que en 2023 cumplirá 95 años. “La Escuela Benito Juárez es un regalo a todos los mexicanos, el nivel de amor por México y a la mexicanidad es algo realmente inusitado; conozco otras escuelas que tienen relación con nuestro país, pero nunca con el nivel de entrega y pasión de la de Varsovia”, dice Juan Salvador Mendiolea, embajador de México en Polonia.

Destroller creó un mapa monumental con las características del país. (Créditos: cortesía)

EL ORIGEN

A ciencia cierta, las circunstancias de cómo llegó el nombre de Benito Juárez a la Primaria 85 son inciertas, “ni en la escuela, ni en ningún archivo ministerial, se pueden encontrar documentos oficiales que traten el tema del origen”, dice Marcin Jarkiewicz. A partir de evidencias, el director ha construido una hipótesis que está ligada nada más y nada menos que a la Premio Nobel de Física y Química polaca, Marie Curie.

En agosto de 1948, tras acabar la Segunda Guerra Mundial, se llevó a cabo en Wroclaw (Breslavia) el Congreso Mundial de Intelectuales en Defensa de la Paz, contó con la presencia de una delegación mexicana y una de las organizadoras y fundadoras, además de miembro del presídium, fue Irena Joliot-Curie, hija de la insigne científica y también ganadora del Nobel.

En la reunión, piensa Jarkiewicz, muy probablemente Irena supo que en México existía una escuela con el nombre de su madre y en reciprocidad quiso que una polaca, llevará también el nombre de un prócer mexicano. “La ceremonia de designación del nombre tuvo lugar el 21 de septiembre de 1948 y la referencia a Marie Sklodowska-Curie estaría visible todo el tiempo, en algún lugar, al fondo, ya que a esta celebración se llevó la primera pancarta escolar, un regalo de los niños de un colegio mexicano con el nombre de Curie”.

La escuela se tomó en serio el nombre que lleva y desde entonces, México está presente. El vínculo va más allá de la imagen del indígena oaxaqueño que le da nombre, por todo el edificio hay elementos que recuerdan la estrecha relación con México: en 1968, por ejemplo, el pintor tapatío José Guillermo Chávez Vega, pintó en la sala de maestros el mural “Juárez y Kosciuszko, paladines de la libertad”, que hermana al prócer mexicano con el héroe nacional polaco.

La impronta mayor se da a nivel educativo: en la escuela, cuenta Jarkiewicz, en diversos grados, se dan clases, obligatoriamente, de español. 

Además, prácticamente todas las actividades, en algún momento, tienen relación con México: “Nuestra escuela emana de la cultura mexicana; durante su estadía, los estudiantes aprenden sobre la cultura, costumbres, gastronomía, peculiaridades e historia de México. Los pasillos de la escuela están llenos de decoraciones, fotografías y mapas provenientes de México”, dice el director.

PAL