CÚPULA

Manantial artificial: André-Jacques-Bodin muestra su obra en Casa Nuestra

De la pasión por los secretos del agua y la preocupación porque los ríos se han acabado surgió la pieza

CULTURA

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André-Jacques Bodin, Manantial artificial, instalación en vivo en Casa Nuestra. Antigua Sede del Senado de la RepúblicaCréditos: Daniela Méndez

Se apaga el invierno en la Plaza Tolsá, el cielo es distinto a esas tardes heladas, una naciente bruma de calor inunda las miradas de los habitantes de la Ciudad de México. Lo veo, cruza la plaza con su portafolio de cuero negro, esa sonrisa —eterna, tan limpia—, sus ojos reflejan una brutal pasión y honestidad capaz de iluminar los espacios más sombríos, ese es el artista, también la persona… André-Jacques-Bodin tiene el alma fuertemente enlazada a su obra, esa búsqueda mística, la alegría, los espacios radiantes, ese bienestar que nos produce un arte distinto en medio de tanto caos y violencia. Casa Nuestra fue el espacio anfitrión de su instalación llamada Manantial artificial, ubicada en la calle de Xicoténcatl #9, corazón de piedra y sangre es nuestro centro de la ciudad. Casa Nuestra es un interesante laboratorio cultural de acceso gratuito para todas las personas que se acercan, la diversidad es una de sus constantes. Durante el siglo XVII el inmueble fue un seminario, después, en 1767, albergó al Colegio San Juan de Letrán; es en 1770 cuando fue acondicionado como un hospital, el de San Andrés, recordemos la gran plaga de nuestra ciudad en 1770, este hospital fue de gran ayuda en la época. La Antigua Sede del Senado ahora es un recinto que ofrece arte y cultura de manera gratuita, iniciativa de la Junta de Coordinación Política del Senado mexicano. El sábado 19 de marzo a las 5 de la tarde inauguró la instalación en vivo Manantial artificial. Bodin, vestido de blanco, concentrado en lo que sabe hacer: producir alegría en los otros. Nuestra entrevista tuvo lugar días antes, el artista me reveló su pasión por la mar, para él, al igual que Hemingway, es femenina, apasionado de los secretos del agua, así es como empezó a crear la pieza, preocupado porque como especie hemos acabado con los ríos. André recuperó fragmentos de madera con algunos defectos de Tugow, una empresa mueblera con causa social, transmutación de unas simples patas de sillas rescatadas en arte. La silla, ese emblemático mueble destinado para sentarnos, también puede formar manantiales artificiales. Una modelo está al centro del salón, el artista va colocando la madera alrededor de su cuerpo, forma ríos, remolinos, complejas tormentas y elipsis armónicas con las piezas de madera.

André-Jacques Bodin, Manantial artificial, instalación en vivo en Casa Nuestra. Antigua Sede del Senado de la República. (Créditos: Daniela Méndez. Cortesía Casa Nuestra. Antigua Sede del Senado de la República)

La modelo representa a la Tierra, los fragmentos cubren todo su cuerpo, parece asfixiarse debido a la acumulación de madera, después el artista la libera quitando piezas y acomodándolas desde el caos hasta lograr una composición armónica, así es como durante casi 58 minutos logra que todas las personas miremos cómo nace el asombro de esas figuras únicas e irrepetibles que simulan ríos. Afuera el jazz inunda la plaza, afuera ya es primavera, André nos permitió ver su preocupación por la desaparición de los ríos y el deterioro del planeta Tierra, a través de esta pieza que conmueve y que nos hace pensar que de nada servirá el dinero en un mundo sin agua. Lo veo desaparecer en la noche, llueve, el agua acompaña sus pasos. 

PAL