CÚPULA

Blanco y negro

¿Se puede inventar una nueva forma de ver la vida? ¿Es posible encontrar color en medio de la oscuridad? ¿Será que de alguna u otra manera somos los inventos que creamos?

CULTURA

·
Todo estaba en blanco y negro, en realidad....Créditos: El Heraldo de México

Todo estaba en blanco y negro, en realidad, más negro que blanco. No se veía nada, pero nos gustaba jugar a las escondidillas

de noche, porque era más divertido. Mi mamá no nos dejaba prender velas porque decía que podíamos quemar la casa, y no

estaba tan equivocada, éramos siete hermanos, bastante inquietos, diría yo, y lo que no se le ocurría a uno, se le ocurría al otro.

Mientras contaba hasta el número 50, una voz interrumpió el juego:

 —¡Vengan a ver esto! — gritó Guillermo emocionado.

 — Con razón no te encontrábamos, ¿dónde estabas? —pregunté.

 —En mi laboratorio, ¿dónde más? —contestó muy en serio Guillermo.

 Los niños siguieron la escalera que los llevaba al sótano. Fierros, frascos, focos. Así era el mundo de mi hermano menor a los siete años. En ese sótano repleto de artefactos extraños no existía lo imposible, por lo menos para él.

 —Ahora les dicen laboratorios a los sótanos— dijo el chistoso de la familia.

 —A ver, Jorge, siéntate aquí— ordenó Guillermo, mientras señalaba una silla con cables alrededor.

 —¡Ni loco me siento en esa silla eléctrica! Estoy en contra de la pena de muerte—replicó mi hermano el artista.

 —No seas payaso, no es una silla eléctrica, es un teletransportador para poder viajar a distintos lugares en cuestión de segundos y tal vez en algún momento al pasado o al futuro.

 Jorge se sentó y dejó que Guillermo conectara los cables. 

 —Sigo en la Ciudad de México y yo pedí estar en Italia. No sirve tu máquina—dijo Jorge con ironía.

 Guillermo se acercó a él y prendió los focos que estaban frente a sus ojos. El blanco y el negro desaparecieron y el sótano se llenó de color.

 —No vas a ir a ningún lado, aunque no lo crean, cuando estaba construyendo el teletransportador, se me prendió el foco y logré inventar una planta de luz. Ya no viviremos en la oscuridad cuando nos corten la electricidad.

 —¡Brillante! Ahora ya no tendremos pretextos para no hacer la tarea— dijo en tono sarcástico el mayor de los González.

 Mi mamá apareció de repente e intervino en la conversación:

—Hoy ibas a hacer la tarea con velas, así que dale las gracias a tu hermano.

Después de ese día, jamás volvimos a jugar en la oscuridad por necesidad, ahora solamente lo hacíamos por gusto. La planta de luz resultó ser un gran invento, y no fue el único, a los 12 años Guillermo inventó un radiotransmisor y a los 17, la televisión a color.

¿Quién diría que nunca más volveríamos a ver la vida en blanco y negro o será que los mexicanos siempre la hemos visto de colores?

PAL