CÚPULA

Universos textiles: Tejiendo identidades y realidades colectivas

Las telas han continuado siendo propulsoras de innovaciones tecnológicas, comerciales y políticas de relevancia

CULTURA

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Pabellón de México, Distrito de MovilidadCréditos: Luis Carillo

Sin duda alguna lo que más llamó mi atención la primera vez que visité el Pabellón de México en la Exposición Universal de Dubái fue la fachada. No sólo quedé fascinada por la maestría que había conllevado tejer más de siete kilómetros de crochet, también me sorprendió el hecho de que los textiles tradicionales habían sido elegidos como eje temático para representar a México en el evento global más importante después de la pandemia. Eran precisamente los textiles el motivo que me había llevado a dejar todo atrás para emprender un viaje alrededor del mundo investigando la relevancia de las culturas textiles tradicionales desde la perspectiva histórica y cultural. Es por esto que, a un par de días del fin de la Expo 2020 Dubái, me permito escribir este tributo a los textiles y a las realidades que rodean a esta actividad que me ha llevado a los lugares más remotos de África, Medio Oriente y el Sudeste Asiático. 

La relevancia de los textiles radica en que su existencia es tan antigua como la civilización misma. La invención del telar y otras técnicas de tejido, junto con el desarrollo de la agricultura y la minería, fueron los principales propulsores de la transición de la vida nómada al establecimiento de civilizaciones sedentarias. Esta es una de las principales razones por la cual muchas de las civilizaciones de la edad antigua tuvieron deidades dedicadas al tejido, tal como lo era Ixchel para los mayas, Atenea para los griegos y Tayt para los egipcios. En la historia moderna, los textiles han continuado siendo propulsores de innovaciones tecnológicas, comerciales y políticas demostrando su relevancia en la sociedad moderna. No es una casualidad que el posicionamiento de Gran Bretaña como potencia colonial e industrial, fuera en gran medida consecuencia del desarrollo textil que estimuló las industrias del carbón y el hierro, la promoción de importaciones de materias primas y la colonización. Asimismo, fue en la industria textil donde surgió la inspiración para la codificación de información en formato binario que dio origen a los lenguajes de programación utilizados ahora en el mundo de la computación digital y de la automatización.

Mahatma Gandhi junto a una tradicional rueca india. (Créditos: cortesía de la autora)

Más allá de la relevancia de los textiles en términos prácticos, estas son una de las pocas innovaciones tecnológicas que han abierto espacio para la expresión artística e identitaria, desde los niveles personales hasta los colectivos. De la misma forma que nuestra vestimenta puede revelar nuestro lugar de origen, preferencias, y clase social, los textiles como conjunto colectivo son expresiones de los valores y de las creencias que guardan refugio en el imaginario socio-cultural. El acto de tejer puede interpretarse como una actividad social que se transmite de generación en generación y que se hace de manera colectiva. Por lo tanto, los textiles son narrativas de la cotidianidad, historias colectivas con autores anónimos, registros simbólicos de la diversidad con la que los humanos vemos el mundo.

Mi travesía textil comenzó el pasado agosto en Ghana, el lugar de nacimiento del Kente, el textil con los distintivos patrones geométricos, que ha venido a convertirse en un símbolo de la identidad panafricana y que ha logrado escabullirse entre las pasarelas de las semanas de la moda más relevantes a nivel internacional. Este textil tiene sus orígenes en el Reino Ashanti, ubicado en la parte central de Ghana, donde era considerado sagrado y estaba reservado su uso para los miembros de la familia real. Con el tiempo, se fue democratizando, permitiéndose en ocasiones especiales. En Ghana, a diferencia de otros lugares, el textil también es un lenguaje simbólico: cada patrón en el Kente va acompañado de una historia y un significado. 

Durante mi paso por la India, uno de los países con culturas textiles más antiguas del mundo, he descubierto que estos trascienden sus funciones prácticas para representar un símbolo político del movimiento independentista y la resistencia colonial. Mahatma Gandhi astutamente usó la charkha,  la tradicional rueca india, como una herramienta de emancipación política, usado para representar resistencia económica y social a la presencia británica. Después de la fundación de la British East India Company, Gran Bretaña no tardó en usar sus colonias, y, en especial la India, para la producción textil y la explotación de los campos de algodón. Por lo tanto, una de las piedras angulares del movimiento independentista de Mahatma Gandhi, así como del movimiento nacionalista Swadeshi, fue el rechazo al uso y la importación de los textiles extranjeros y su reemplazo por textiles tradicionales como los khadis. 

Tejedoras de Etzatlán, Jalisco. (Créditos: cortesía Pabellón de México)

Por otra parte, los textiles también son símbolos que definen nuestra relación con el entorno y el espacio. Una prenda más allá de sus funciones estéticas o identitarias divide lo privado de lo público, lo permisible de lo indebido, la moral de la vanguardia. Algunos de los mejores ejemplos de esto lo pude observar durante mi estancia en los Emiratos Árabes y en Omán, donde la abaya, la burka y la sheila son prendas que encapsulan una diversidad de simbologías en relación al género, el cuerpo y la religión. Mientras que, en occidente, la burka tiende a ser interpretada como un símbolo de represión, para la mayoría de las mujeres árabes estas tres prendas son elementos centrales de su identidad como mujeres musulmanas en algunos casos, como mujeres árabes en otras y como una simple elección de moda para algunas cuantas. 

Más allá de cualquier cosa, la riqueza de los textiles radica en el hecho de que son un todo formado por miles de unidades independientes, de hilos aparentemente
inconexos que unidos forman un patrón de historias y realidades colectivas que rebasan el individualismo de cada uno de sus nudos. Rendir tributo a los textiles es una forma de honrar a los ancestros, a las manos creadoras
que estuvieron antes que nosotros, al hecho que nos recuerda que todos somos parte de algo más grande que nosotros mismos.

PAL