En 2002, Alberto Castro Leñero (CDMX, 1951) expuso en el Museo de la Ciudad de México una serie de esculturas de mediano formato. Aquellas piezas fueron una especie de germen para lo que vendría después: enormes estructuras, en su mayoría elaboradas con materiales como hierro, aluminio, concreto o plexiglás, casi formas industriales, que ahora conforman “Espacios radiantes, estructuras permeables”, la exposición con la que, dos décadas después, regresa al recinto de Pino Suárez.
“Esta exposición -señala el artista- es una muestra básicamente experimental, donde tiene predominio la escultura, hay piezas de gran formato que propuse para esta muestra, y la idea es tener una serie de obras que habiten el espacio del museo para ver cómo funcionan”. De pocas palabras, el menor de la estirpe de cuatro artistas (Francisco falleció el 24 de octubre pasado), prefiere observar la reacción que sus piezas provocan.
“Sube, camina, se puede subir”, dice al pasar por una de las nueve esculturas: esta es tubular, parece un puente pequeño, pero también recuerda esos respiraderos del Metro que hay por la ciudad. “La propuesta se fue modificando, surgió a mediados de la pandemia y ha ido cambiando, la idea es como el conjunto de obras forman una especie de circuito, y que, a pesar de que son diversas, tengan una sorpresa, pero también una integración”.
La forma maravilla a Castro Leñero, pero él ya no ve en particular, sino en conjunto. Incluso ha extendido su propuesta a la calle: en la plaza Licenciado Primo de Verdad, ubicada justo frente al museo, instaló de manera temporal la escultura “Túnel plegado” (2022). Su visión de la forma es arquitectónica y abarcadora: “He estado probando la idea de pabellón, eso ya implica una estructura de gran formato, la pieza afuera, en el jardín que está enfrente, saliendo a la calle, es como si saliera del museo y fuera una expansión”.
Al final del día, el trabajo es una búsqueda incesante. En sus años de estudiante en la Escuela de Artes Plásticas, Castro Leñero era más figurativo, pero su trabajo fue mutando a lo urbano y lo orgánico, lo volumétrico, hasta llegar a la escultura: “Mi trabajo es experimentar diferentes tipos de lenguajes con una constante que los unifica: el manejo de la forma. Hay una intención de la forma que se repite y se refleja en la pintura, en la escultura, en el grabado”, dice.
- 9 esculturas de gran formato integran la exposición
- El artista estudió comunicación gráfica y artes visuales en la UNAM
- También estudió pintura en la academia de bellas artes de bolonia, Italia
- Es el menor de los Castro Leñero: Francisco, Miguel y José
PAL