CÚPULA

Conocimiento y arte en la antigüedad

Las leyes del movimiento planetario dieron pie a que los científicos sugirieran que cada uno de los planetas del Sistema Solar vibra con una nota musical

CULTURA

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Johannes Kepler De Stella Nova, 1604Créditos: www.jpl.nasa.gov/news/features

El conocimiento actual es producto de una larga serie de eventos que han ido transformando, en el transcurso de muchos siglos, nuestra visión del mundo. Los saberes empíricos, las técnicas, las ideas y las creencias fueron moldeando el pensamiento de cada cultura a lo largo de la historia, dando a cada una su identidad propia. La cultura griega tiene una importancia particular porque es considerada como un referente de la cultura occidental actual y ahí se sentaron las bases para el desarrollo de las artes, la filosofía, la educación, el deporte, la medicina, la política y las ciencias.

Sócrates, Platón y Aristóteles son representantes fundamentales del pensamiento filosófico griego, pero ellos son posteriores a la aparición de la escuela jónica de filosofía, uno de los eventos que marcaron el progreso del conocimiento. La escuela jónica fue fundada en Mileto, por Tales, y sus discípulos Anaximandro y Anaxímenes, seis siglos antes de nuestra era. Desafortunadamente no existen textos escritos por ellos, sólo algunos fragmentos, así que lo que sabemos de su pensamiento se debe a lo que nos han descrito filósofos posteriores. Esta escuela fue la primera en romper con las creencias mitológicas sobre el orden del universo e iniciaron el estudio de la naturaleza basado en las evidencias. De esta manera, los principios que rigen al cosmos pasaron de estar en manos de los dioses, para convertirse en el fruto de la observación y la inteligencia.

Un poco después apareció en escena Pitágoras, quien fue formado dentro de los principios de la escuela jónica y se ilustró con viajes a Fenicia, Babilonia, Egipto e Italia. Al igual que con sus antecesores jónicos, tampoco hay textos escritos por él, pero sus obras y su pensamiento han sido descritos con amplitud por sus discípulos. De hecho, en algunos casos no se sabe si la obra descrita fue por Pitágoras o por sus discípulos. Fundó una escuela filosófica y religiosa en el sur de Italia, llamada la Hermandad Pitagórica. Su ética y moral eran rigurosas, creían en la inmortalidad del alma, no tenían posesiones personales y se pronunciaron en contra de comer carne, volviéndose vegetarianos.

Las aportaciones de Pitágoras y sus discípulos a las matemáticas son bien conocidas; además del famoso teorema que lleva su nombre —el cual fue conocido diez siglos antes por los babilonios, aunque los pitagóricos fueron los primeros en hacer su demostración—, estudiaron las relaciones entre los números y descubrieron los irracionales, concluyeron que la suma de los ángulos interiores a los triángulos era igual a dos ángulos rectos, y encontraron tres de los cinco sólidos perfectos (los cuales fueron estudiados por Platón y son conocidos como sólidos platónicos).

La astronomía fue una parte importante de sus estudios, situaban a la Tierra en el centro del universo, y uno de los discípulos, Hicetas de Siracusa, fue de los primeros en plantear que la Tierra gira sobre su propio eje. También estudiaron las escalas musicales y sus relaciones aritméticas, desarrollando los fundamentos de la armonía en la música. Pitágoras fue el primero en notar que el timbre de una nota tenía una relación inversa a la longitud de la cuerda que la producía. Las cuerdas más pequeñas producían notas más agudas. Las relaciones entre las notas musicales eran vistas como parte de una armonía universal y las asociaron a las relaciones existentes entre las distancias a los objetos cósmicos. La música representó un área importante en su visión del mundo, donde la armonía del cosmos unificaba los valores del arte, las matemáticas y el cosmos.

August Köhler. Retrato de Johannes Kepler. (Créditos: Museo Kepler, Weil der Stadt, Alemania. Wikimedia Commons)

En esta visión cosmogónica se fusionaron por primera vez el arte y el conocimiento astronómico, donde las órbitas del Sol, la Luna y los luceros estaban relacionadas con las escalas musicales, en una armonía de esferas celestes. Platón consideraba que la música y la astronomía eran complementarias, una para los oídos y la otra para los ojos. Por su lado, Aristóteles rechazó la idea, pero muchos siglos después, en el XVII, Johannes Kepler retomó estas ideas en La armonía del mundo. Después de establecer las leyes del movimiento planetario, sugiere que cada uno de los planetas del Sistema Solar vibra con una nota musical, que varía de acuerdo con la velocidad que adquiere durante su revolución alrededor del Sol. Más próximamente se han compuesto piezas musicales basadas en estas ideas. El organista y compositor danés Rued Langgaard hizo una obra orquestal al inicio del siglo XX llamada, justamente, Música de las esferas. Posteriormente, el compositor y conductor de orquesta alemán Paul Hindemith escribió una ópera de cinco actos:  La armonía del mundo, en honor a Johannes Kepler, donde describe su búsqueda de la armonía universal.

(Nave espacial) orbita en relación con la tierra, con posiciones de símbolo cada 1/12 de año, 2018. (Créditos: Tomruen. Creative Commons. Wikimedia Commons).

Recientemente, en este siglo, varios artistas han hecho discos bajo el título de Música de las esferas; los artistas ingleses Ian Brown, en 2001, y Mike Oldfield, en 2008, así como el grupo inglés Coldplay, en 2021, pero en este caso le añadieron el subtítulo Vol 1. Desde la Tierra con Amor.

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