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Las horas de vuelo musical de Enrique Arturo Diemecke

El director de orques recibe un homenaje en el Festival Internacional Cervantino; además, presenta su biografía y ofrece un concierto con la OSUG

CULTURA

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El músico estuvo 20 años al frente de la Orquesta Sinfónica NacionalCréditos: Cortesía de FIC

La dirección orquestal en México ha tenido a grandes figuras, una de ellas, sin duda, es el guanajuatense Enrique Arturo Diemecke.

El concertador de 67 años de edad recibirá, en estos días, la Presea Cervantina, el reconocimiento que otorga el Festival Internacional Cervantino (FIC) a los artistas más destacados de la cultura nacional. Además, presenta el 28 de octubre Biografía con música de Mahler de José Ángel Leyva, que retrata la vida y obra del también compositor, y ofrece, el día 23, un concierto con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.

"La dirección orquestal es una carrera muy larga, de entrenamiento, son muchas horas de vuelo, te subes al primer avión y te conviertes en piloto. Es una especialización, un trabajo de entrega, de estudio, de comprensión y de experiencias que se acumulan a lo largo de los años. Entre más pasa el tiempo te das cuenta de cuántas cosas no sabías y empiezas a ver las cosas con más calma", dice en entrevista con El Heraldo de México.

Diemecke, quien fue director artístico de la Ópera de Bellas Artes de México y ha recibido premios como el Grand Prix de L'Académie du Disque Lyrique, explica que, muchas veces, a los directores de orquesta les ha faltado humildad. “Tenemos el defecto de creer que lo sabemos todo, pero creer eso es el principio del fin, no sólo es un aterrizaje forzoso, es un crash en el cielo”.

En el marco del FIC, se presentará el 24 de octubre el libro “Enrique Arturo Diemecke. Biografía con música de Mahler” de José Ángel Leyva, a partir de largas conversaciones con el músico; además, el 28 de octubre en el Teatro Juárez, ofrecerá un concierto con la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, en donde interpretarán la Quinta sinfonía de Mahler. Así, el compositor ha sido fundamental para Diemecke.

“Le he aprendido mucho, como saber cuál es la integridad del músico, es decir, en el momento en que uno empieza a ser más grande que la música estás traicionando todo en lo que creemos, te vuelves un egoísta que te puede llevar al fracaso. Mahler fue compositor y director de orquesta, y en la Ópera de Viena alcanzó su máximo puesto de trabajo. Él fue subiendo como en espiral, luchó contra críticos, contra el personal que se resistía a seguir indicaciones, contra los que ponían las reglas del juego. Y entendió que la música es la que pone en el lugar adecuado”.

PAL