La trayectoria literaria y pictórica de Bona Tibertelli se vio reducida por la atención acaparada de su amorío junto con Octavio Paz. La artista nacida en Roma en 1926 tuvo trabajos estrechamente relacionados a la vanguardia surrealista europea; se dedicaba a la escultura, pintar y escribir poesía, entre otras artes.
Bona siempre fue reacia a adaptarse a las monótonas y limitadas actividades que tenían permitidas las mujeres en su tiempo y siempre ansió por tener mayores oportunidades de toda clase ante una sociedad que lo único que le permitía era volverse una esposa y cuidar de los hijos.
Paz percibió sus atributos intelectuales y físicos, por lo que en poco tiempo se encontró en un febril y profundo enamoramiento ante la mujer de Roma.
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¿Cómo se conocieron?
Octavio Paz conoció a Bona Tibertelli de Pisis en 1948, cuando llegó de Venecia, ya casada con el escritor André Pieyre de Mandiargues, francés destacado por sus poesías, ensayos y novelas, además de ser acreedor del Premio Gocourt.
El autor mexicano y André eran amigos, pero la relación que surgió con Bona fue particular, erótica, y atestada de poseía. El responsable de "El Laberinto de la Soledad" escribió varios poemas los cuales se creen fueron inspirados en la mujer de Venecia.
En 1958 Bona Tibertelli inaugura una exposición en México, y Octavio Paz no pierde la oportunidad para estar junto a ella, a tal punto de convencerla de vivir con él por un tiempo.
Paz, embelesado por la dulzura de la mujer, decide viajar a París para estar más tiempo con ella. En este periodo de tiempo es cuando la artista es seducida por completo y decide tramitar su divorcio con su actual esposo.