MUSEO SOUMAYA

"Adán y Eva" de Juan Soriano será donado al Museo Soumaya

Una de las pocas cerámicas que se conservan del artista será donada este miércoles al Museo Soumaya por Marek Keller

CULTURA

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CONOCER MÁS. La pieza será exhibida conjuntamente con el óleo Adán y Eva. Foto: EspecialCréditos: Especial

Mientras dirigía el desaparecido Museo de Monterrey, a principios de la década de los 80 del siglo XX, la promotora Carmen Barreda invitó a Juan Soriano (1920-2006) a reunir su cerámica. Una vez expuestas, de regreso, las piezas acabaron “en pedazos”: el camión que las transportaba chocó al entrar a la Ciudad de México

“De la tristeza que tenía, de que tantas piezas desaparecieron, Juan se prometió que nunca más iba a hacer cerámica. Desde aquel momento empezó su etapa de las esculturas en bronce”, cuenta Marek Keller, presidente de la Fundación Juan Soriano.

El jaliciense experimentó con cerámica desde sus inicios, pero tras la tragedia, quedaron pocas piezas de su manufactura. “Estaban muy bien aseguradas, pero la mayoría de los propietarios escogió el dinero y no el restauro, tenían estas dos opciones, Juan quería salvarlas, pero era decisión de los propietarios”. 

Una de las pocas obras que lograron salvarse con los años es Adán y Eva, una cerámica que Soriano fabricó en 1953 y que, de manera fortuita, llegó a las manos de Marek. “Un día un amigo me habló por teléfono y me dijo: ‘Marek alguien tiene una cerámica de Juan bastante antigua y tengo la impresión de que la quiere vender”. 

El heredero de Soriano se apresuró a ubicarla y el año pasado, cuando se cumplió el centenario del natalicio del artista, la llevó a su casa para valorar su estado. Marek recordó que el Museo Soumaya conserva un óleo con la misma temática de Adán y Eva, por lo que decidió entregarselas en donación: "Venía en muy buenas condiciones, pero se veía el paso de los años, es una pieza de 1953, necesitaba una pequeña limpieza, pero está en un estado maravilloso. Toma más importancia porque no es un tema usual en la obra de Soriano, él hizo muy pocas obras con temática religiosa”. 

En realidad, la pieza toma como motivo la idea de un cuerpo que sale de otro cuerpo, en este caso, el de Eva del de Adán. Pero el guiño que Soriano tuvo con el pasaje bíblico va más allá: “Hay que ver como Adán está acostado, desnudo, de su costilla sale Eva, quien también va desnuda. Adán tiene los ojos cerrados, es como un sueño, un sueño bastante erótico: está soñando en esta preciosa, maravillosa mujer, que sale de su cuerpo”, dice Marek.

PAL