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Oda a Napoleón: 200 años de su fallecimiento

El Teatro del Bicentenario, de León, presenta la obra compuesta por Schoenberg

CULTURA

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PUESTA EN ESCENA. Ópera El Barbero de Sevilla. Foto: cortesía del Teatro del Bicentenario.Créditos: cortesía del Teatro del Bicentenario.

Este mayo de 2021 se cumplen 200 años del fallecimiento de Napoleón, en la Isla de Santa Elena, un dominio británico situado prácticamente en medio del Atlántico, entre África y Brasil, a donde fue el militar a pasar sus últimos años, una vez derrotado por la alianza de países que lograron recapturarlo y desterrarlo, en 1815. 

En este siglo XXI, que se encuentra lleno de revisionismos históricos, donde las estatuas de Cristóbal Colón son blanco de pintura roja y los agravios del pasado se usan para reinterpretar el presente, la figura de Napoleón no queda exenta de luces y sombras. 

Si bien fue el continuador del espíritu libertario de la Revolución que terminó con la monarquía en Francia, también dirigió a miles de soldados hacia una muerte segura en guerras que una parte aún monárquica de Europa califica de crueles o intervencionistas. En Francia tiene el gran monumento de Les Invalides, pero también restauró la esclavitud en algunos territorios de ultramar. Al escribir el código napoleónico unificó y dio fuerza a muchos de los derechos civiles de los ciudadanos, pero a la vez emprendió una campaña en Egipto, la cual, salvo la propaganda oficial, fue un fracaso. 

En 1808 invadió España, creyendo que el pueblo se iba a unir a él e iba a derrocar a la monarquía española. Por el contrario, los españoles se defendieron del invasor con heroísmo, retratado en el cuadro de Goya Los fusilamientos del 3 de mayo. Ese conflicto debilitó la presencia militar española en los virreinatos, lo que permitió que un movimiento criollo declarase las sucesivas independencias de América, por lo que, indirectamente, Napoleón impulsó la independencia de México, al debilitar a España. 

Otra conexión involuntaria, pero definitiva con la historia de México, fue que siendo cónsul de la República francesa, Napoleón entregó todo el territorio americano de La Louisiana (nombre que honra a Luis XIV), por 15 millones de dólares, a las 13 colonias de Estados Unidos, toda vez que era enemigo de Inglaterra y quería fortalecer a las enemigas de su enemiga. 

Esto provocó, a la larga, que las 13 colonias se convirtieran en un país más robusto, con grandes regiones agrícolas alrededor del Misisipi, en pleno crecimiento, expansión económica y demográfica, al que pronto le parecieron muy apetecibles los territorios mexicanos que se encontraban prácticamente deshabitados y muy lejos administrativamente de la capital, en la Ciudad de México. Todo lo demás sobre las guerras posteriores, ya es historia conocida. 

Hay pocas figuras tan decisivas en el curso de la Historia. Todos sabemos que Beethoven sintió admiración por él, al grado que le dedicó su Sinfonía Eroica, y, tiempo después, tachó la dedicatoria cuando Napoleón se coronó emperador. Toda su obra de libertador y constructor de los derechos de los hombres se cayó por la borda cuando se coronó, como cualquier otro hombre ambicioso de poder. 

Igualmente, existen biografías de Beethoven que relatan el episodio de los cañonazos de asedio de las fuerzas napoleónicas sobre Viena, mismos que hacían que el compositor tuviera que encerrarse en el sótano de la casa y cubriera sus oídos con almohadas. Una razón más para haberle quitado la dedicatoria de su Sinfonía. 

Por estos cruces de la historia, tanto de un músico fundamental como Beethoven, de quien seguimos celebrando el 250 aniversario de su natalicio, y de Napoleón, de quien se cumplen 200 años de su fallecimiento, es que ahora nos referiremos a la obra compuesta por Arnold Schoenberg. 

Oda a Napoleón, concebida por Schoenberg, en 1942 y basada en el poema de Lord Byron, surgió a partir de la trágica noticia sobre el bombardeo de los japoneses en Pearl Harbor, de la cual el compositor vienés tuvo noticia cuando ya vivía en Estados Unidos. 

Recordando que Schoenberg había emigrado de la Alemania nazi, que empezó a asfixiar a los intelectuales y en especial a los judíos, la Oda a Napoleón reflexiona basándose en el militar como ejemplo sobre la crudeza de los tiranos y, a la vez, de lo efímero y pasajero del poder, de los costos humanos, y la crueldad de los “héroes”. En ese sentido, el mundo, desde los griegos, la época del imperio español, la Francia de Luis XIV, la Europa del siglo XX, o el actual, siguen teniendo sus propios “pequeños napoleones”. 

Coincidiendo con el 200 aniversario del fallecimiento de Napoleón Bonaparte, y los festejos, en todo el mundo, por el 250 aniversario del natalicio de Beethoven, el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, de León, Guanajuato, presenta la Oda a Napoleón, a cargo del Cuarteto Aurora, como un recital de música de cámara.

MÁS SOBRE EL AUTOR

  1. Ruiz Lobera es, desde 2017, director del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, de León.
  2. Músico de formación, ha ocupado diferentes cargos en instituciones de promoción musical y artística.
  3. Entre 2015 y 2017, fue gerente general de la Orquesta Camerata de Coahuila, en Torreón.
  4. En el INBAL fue coordinador de Música y Ópera y director de la Compañía de Ópera.

 

Por Jaime Ruiz Lobera

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