SALVADOR DALÍ

¿Salvador DALÍ y VAN GOGH son reencarnaciones? Conoce la TRISTE coincidencia entre los dos pintores

Ambos pintores tuvieron un nacimiento similar, pero la infancia de uno fue un infierno, mientras que el otro tuvo muchas comodidades

CULTURA

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ARTISTAS SELECTOS.Los dos pintores fueron referentes del arte en su épocaCréditos: Especial

Las vidas de Salvador Dalí y Vincent van Gogh cuentan con muchos contrastes y pocos paralelismos que construyeron sus historias y los hicieron leyendas de la pintura

Pese a que ambos son laureados como de los mayores exponentes del arte, la vida del español fue sencilla, tranquila y llena de éxitos, mientras que la del proveniente de Países Bajos estuvo plagada de miseria, depresión y un desprecio de la sociedad por su obra. 

La primera de las coincidencias entre ambos fue que sus obras fueron reconocidas mucho más al momento de su muerte y fueron consideradas objetos dignos de entrar en museos o de convertirse en artículos de colección. Sin embargo, el mayor paralelismo entre los dos artistas es que sus padres aseguraban haber traído al mundo una reencarnación.

El caso de Vincent

Durante todo el embarazado, Anna Cornelia Carbentus pensó el mejor nombre para su hijo. Después de muchas cavilaciones, optó por llamar Vicent al pequeño que todavía tenía en el vientre. 

Un parto en ese entonces, 1852, era complicado en la mayoría de los casos, debido a que apenas cinco años atrás el médico Joseph Lister comenzó a inculcar en sus colegas la idea de lavarse las manos antes y después de cada operación o alumbramiento, práctica que no fue adoptada hasta algunos años después. 

No se saben las razones, pero el pequeño Vincent llegó al mundo sin vida, lo cual ocasionó varias tristezas a su madre, quien desconsolada se refugió en su esposo Theodorus van Gogh. 

Pasaron pocos meses para que ella volviera a embarazarse y casi un año después de la muerte de su primer hijo, volvió a dar a luz. La mujer decidió llamarlo también Vincent, no solamente por un apego al nombre, sino porque estaba convencida de que el alma de su primer niño vivía en el cuerpo del segundo como una especie de favor divino que reconocía el sufrimiento por el que había pasado. 

Otra versión de la misma historia indica que el nombre fue elegido debido a que había una costumbre de llamar a los primogénitos con el apelativo de su abuelo.

Lo que es un hecho es que para el menor que después se convertiría en uno de los pintores más grandes del mundo fue un trauma el pasar todos los días cerca de un cementerio en el que podía ver una lápida con su nombre

El caso de Salvador

Ocho años después, una tragedia similar se escribiría en España, donde la familia Dalí recibió a su primer hijo. La alegría de contar con un pequeño que recorría las habitaciones del hogar se apagó a los tres años, cuando éste murió debido a una infección estomacal

Felipa Domenech Ferrés y el abogado Salvador Dalí i Cusí pasaron por el mismo dolor que vivieron los Van Gogh y, sin conocerlos, repitieron su historia. 

Tras el alumbramiento, la pareja decidió repetir los nombres de los varones en la familia y decidieron que el acta de nacimiento del nuevo miembro de la familia sería también Salvador

El autor de “La Persistencia de la Memoria” hizo eco durante años de anécdotas que lo incluías junto a sus padres visitando la tumba de su hermano fallecido

Según lo que declaraba el también escultor, sentía un apego con la sombra que fue su hermano al punto de que creía que era parte de él y llevaba consigo sin darse cuenta. 

“Yo nací doble, con un hermano de más, que tuve que matar para ocupar mi propio lugar, para obtener mi propio derecho a la muerte”, narraba sobre este suceso. 

La misma historia, resultados opuestos

Pese a que los dos pintores compartían un talento nato, un punto de vista peculiar para expresarse y una historia trágica, los dos pasaron por vidas completamente opuestas. 

Para Dalí la su excentricidad de su arte y su forma de ser fueron alicientes para ser reconocido por una comunidad que lo apoyó y lo convirtió una leyenda en vida. 

Desde pequeño, Felipa Domenech lo consintió y le hizo creer que era especial por el simple hecho de existir, lo cual lo llevó a no conformarse con lo que se decía de él a fin de que destacara en cualquier medio en el que se desenvolvía. 

La muerte llegó a Salvador Dalí a los 84 años de edad en un hospital mientras escuchaba su disco favorito y su mayordomo sostenía su mano. 

En cambio, la vida de Vincent fue un infierno, ya que fue despreciado por Anna Cornelia, quien nunca tuvo buenas palabras para su modo de expresión e incluso se cuenta que desechó todas las obras que el artista le dedicó. 

En vida no vendió ningún cuadro que le permitiera sostenerse económicamente más de un mes y sin importar que el holandés se convirtió en un referente de la expresión visual, la mujer siempre sostuvo que las grandes obras de su hijo no eran más que meros garabatos

Mutilado de una oreja, desnutrido y sin ningún tipo de apoyo, el creador de “La Noche estrellada” murió de un disparo en el pecho que aún se especula pudo haberse hecho él mismo o un casero, a los 37 años de edad, sin haber conquistado ningún éxito en vida. 

GDM